La diáspora ha afectado a la Universidad de Los Andes. Queda tan sólo el 28% de la nómina estudiantil, y los docentes también siguen retirándose buscando oportunidades en otros países
Pasillos oscuros y vacíos, pocos estudiantes y profesores, una infraestructura que da muestra de la precariedad económica y un cementerio de rutas, es lo que describe actualmente a la Universidad de Los Andes – Núcleo «Dr. Pedro Rincón Gutiérrez» en el estado Táchira.
Lo que anteriormente eran zonas verdes cuidadas, lucen marchitas, las cúpulas de los techos rotas, las rejas de protección y puertas no tiene el azul rey, propio de la universidad, sino que están corroídas por el moho y la inclemencia del sol, la lluvia y el tiempo.
El gobierno nacional no entrega ni el 87% del presupuesto que requiere la casa de estudios, en medio de una diáspora que incrementa con el paso de los días, frente a una hiperinflación que acaba con lo poco que llega, hasta con la intención de continuar estudiando.
El coordinador Académico y coordinador administrativo encargado de la ULA- Táchira, Omar Pérez Díaz, indicó que se han marchado tanto alumnos, que tan sólo cuentan con el 28% de la matrícula que durante años manejó la universidad por lo que las áreas comunes están solas.
Destacó que no tienen cómo arreglar el 80% de las rutas que datan de hace 40 años, las cuales calificó de «chatarra» y considera un riesgo tenerlas operando. Tampoco cuentan con vehículos para la actividad docente, todos están sin cauchos y con daños mecánicos.
Y es que para quien recorre los estacionamientos de la ULA no es necesario escuchar al docente, pues tiene a simple vista un cementerio de rutas, que muestran a simple vista que ya no dan para más.
«Sin actividades de cultura»
Omar Contreras Molina, profesor, manifestó que hay un retroceso en materia cultural, por cuanto ya no hay teatro, estudiantina, danzas, deporte, lo que considera la fuerza espiritual de una casa de estudios.
«La universidad se nutre de la riqueza que llega de diferentes partes, pero desde que se jubilaron y murieron algunos que manejaban la parte de la cultura, lamentablemente la universidad se fue hacia la oscuridad y las tinieblas, motivado a que no hay quien haga resucitar para reponer a la profesora de danza, al profesor del teatro y de la estudiantina».
«Salarios pésimos»
Para Homero Maldonado, profesor, uno de los graves problemas que tiene la universidad es que hay un Estado con toda la intencionalidad de acabar con ella. Indicó que al controlar el gobierno nacional los salarios no insentiva el trabajo y ha generado a que muchos profesores que las distintas universidades han capacitado, se vayan a otros países para tener el nivel de vida con el que contaban en Venezuela.
«Es una competencia que el gobierno deslealmente le está haciendo al ciudadano, a la universidad, a la familia venezolana. Cuando el gobierno controla el presupuesto, la universidad cada vez tiene menos autonomía para el control de los gastos, y para seguir funcionando como históricamente lo ha hecho», destacó.
A pesar de esta situación, hay profesores que siguen apostando por la formación de los venezolanos, y buscan alternativas para mantenerse economicamente, sin dejar a la Universidad de Los Andes.