El presidente de EE.UU., Donald Trump, instó a Rusia a sacar a sus militares de Venezuela, durante una reunión por sorpresa con Fabiana Rosales, esposa del líder opositor venezolano Juan Guaidó, reconocido por numerosos países como mandatario encargado del país suramericano.
El mensaje de Trump llegó tres días después de que dos aviones rusos aterrizaran en el principal aeropuerto de Venezuela, el de Maiquetía, cerca de Caracas, con unos 100 militares a bordo, según medios locales.
“Rusia tiene que salir”, sentenció el mandatario.
Trump no quiso ahondar en el tema, y cuando le preguntaron si ha hablado con el Gobierno ruso sobre el tema, respondió: “Ellos ya lo saben. Lo saben muy bien”.
John Bolton, el asesor de seguridad nacional de Trump, dijo después a los periodistas que la frase “clara y sucinta” del presidente era un mensaje “directo” a su homólogo ruso, Vladímir Putin.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ya advirtió el lunes a su homólogo ruso, Sérgei Lavrov, de que Washington no se quedará “de brazos cruzados” ante la presencia rusa en Venezuela.
Pero Rusia ha defendido la legalidad de su cooperación militar con el Gobierno de Nicolás Maduro, que tiene en Putin a uno de sus principales aliados internacionales en un momento en el que medio centenar de países consideran ilegítimo su mandato.
Trump también insinuó que Estados Unidos no puede aumentar mucho más la presión sobre Maduro si no es mediante la vía castrense, una semana después de afirmar que todavía podría implementar unas sanciones mucho más “duras” que las impuestas hasta ahora.
“Fuera de lo militar, no se puede alcanzar más presión de la que ya tienen”, señaló el mandatario en respuesta a una pregunta.
“Estamos con usted al cien por cien”, le dijo Trump a Rosales, quien acudió inesperadamente al Despacho Oval al terminar otra reunión que tenía programada en la Casa Blanca con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
“Todo se resolverá. Siempre se resuelve. Vamos a conseguir que se resuelva”, prometió Trump, con su hija Ivanka cerca.
Rosales pidió a Trump que avance en las acciones necesarias para que Maduro abandone el poder, según una nota que emitió después el equipo de Carlos Vecchio, designado por Guaidó como embajador en EE.UU. y que estuvo presente en el encuentro.
“Nuestros niños mueren porque no hay luz, porque no hay comida, y nuestra gente se está muriendo también en los hospitales. Esto no puede continuar”, subrayó la esposa de Guaidó.
También denunció que teme “por la vida” de Guaidó, y reiteró que este martes “se cometió un atentado” en su contra, horas después de asegurar que en Caracas “lanzaron gases lacrimógenos” contra el automóvil en el que viajaba el líder.
Durante su visita a Washington, la esposa de Guaidó también se reunió con algunos embajadores de países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), además de con un grupo de senadores interesados en Venezuela, entre ellos el republicano Marco Rubio y los demócratas Bob Menéndez y Tim Kaine.