Hace un par de semanas, Toros de Herrera no podía imaginarse que alcanzaría uno de los logros más importantes en la historia deportiva de su país. Ahora, el club istmeño se consagra como campeón inesperado de la Serie del Caribe, tras derrotar en la Final con marcador de 3-1 a Leñadores de Las Tunas, en el Estadio Nacional Rod Carew, al que asistió una multitud de aficionados que se rindió a sus pies.
Fue apenas el segundo título en la historia de la competición para Panamá, que antes se coronó hace 68 años, durante la primera etapa del Clásico de Febrero. En los inicios del evento, los equipos cubanos ganaron en los tres torneos que se organizaron en el país centroamericano (1952, 1956 y 1960), antes que la serie les fuera otorgada a última hora, después que la ciudad de Barquisimeto le fuera despojada la sede por razones extradeportivas.
Toros había superado en el Grupo B a Estrellas Orientales y Cangrejeros de Santurce, representantes de República Dominicana y Puerto Rico, los países con más títulos en la historia de la justa. Ambos se combinan para 35 coronas.
Sencillos de Allen Córdoba y Elmer Reyes remolcaron dos carreras en el primer inning contra Freddy Álvarez (0-2), para darle una ventaja a los astados que nunca más perdieron durante el resto del partido. Carlos Benítez acercó a Las Tunas en el inicio de la quinta entrada, con inatrapable al centró que engomó Alfredo Despaigne.
Fue el único daño que permitió el abridor Harold Arauz (1-0), que en cinco sólidos tramos espació cuatro hits y abanicó a cuatro, sin boletos. Los iniciadores de Toros terminaron con balance de 2-1 y 1.40 de efectividad. En 25.2 capítulos apenas encajaron 18 hits, mientras que guillotinaron a 20 enemigos por apenas 10 boletos. Su WHIP fue un destacado 1.09. La anotación de la tranquilidad para los dirigidos por Manuel Rodríguez, llegó en el séptimo, producto del oportuno bate de Rodrigo Vigil.
Los relevistas Anfernee Benítez y Luis Mateo retiraron a los nueve hombres a los que se enfrentaron, para prepararle el camino al cerrador ex gradeliga Manny Corpas, que pese a recibir doble Frederich Cepeda, con dos outs, logró dominar a Despaigne con elevado al jardín central para colgar su cuarto salvado de la serie y asegurar el histórico lauro de Panamá.
Paradójicamente, el campeón y subcampeón no tendrán acceso a la bolsa de 215.000 dólares que se reparte entre los finalistas, por no ser miembros de la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe. Toros, y los clubes cubanos que participan en el evento desde 2014, no tienen acceso a los incentivos en metálico, como equipo o individuales, por ser invitados, según el reglamento y acuerdos entre las ligas miembro de la confederación.
El ganador debía llevarse el 60 % de los $215.000, mientras que el segundo obtendría el 40 % de ese total. La última vez que la Serie del Caribe se había jugado en Panamá se remontaba a 1960. El país anfitrión ganó el Clásico de Febrero en 1950, con el Carta Vieja Yankees, apenas en el segundo año de la primera etapa del evento.