Tópicos / ¿Escribir en tiempos de derrumbe?

 

<El inconsciente funciona por medio de signos, metáforas y símbolos. En este sentido, es como un lenguaje> S. Freud.

 

Derrumbe nombra lo que se desprendió y presumido antes duro, fuerte. La pregunta da múltiples respuestas, desde la lógica común banalizando todo hasta echar mano de un amasijo de referencias y frases colocadas una tras la otra. Una vez dijo Jorge Luis Borges: “No escribo para minoría selecta, que no me importa, ni para ese adulado ente platónico cuyo apodo es la masa. Descreo de ambas abstracciones caras del demagogo. Escribo para mí, para mis amigos y para atenuar el curso del tiempo” Me apoyo en esa referencia para responder la pregunta del Tópico en estos tiempos donde se dice cualquier cosa sin sentido con el atrevimiento de titularla como seria, y en momentos donde el misterioso poder político de turno engatusa cualquier voluntad resistente para hacer opacas las ideas. Saber es una ventaja al mostrar la política como algo propio para los ministerios de salud pública y no para las ramas del saber del progreso. Nunca como ahora se cumple aquello de que ningún almuerzo o cena son gratis, si quien paga es ese poder. Se pensó durante la Modernidad que lo escrito ayudaba a la gente a pensar de otra manera de lo oscuro y de las tinieblas.

No ocurrió así y hoy con reconocimientos fingidos, titularidades compradas o premios labrados con alabanzas, lisonjas y sobras del festín contaminan cualquier voluntad transparente. Hay para todos, dice el poder, y todos los mansos pasan a buscar su bocadito, legitimando de esa forma sus mediocres opiniones. Hay también sociedades educadas para la transparencia y la democracia donde las opiniones no son premiadas vía almuerzos o condecoraciones, sino vía organizaciones que hacen esfuerzos, lado ético, por ser imparciales. En Venezuela, almuerzos y premios a la opinión interesada en la propina es el objetivo del poder político. Lo destacable es percibir sujetos que no usan sus recursos para tales prácticas, sino los del erario público.

Ahora bien, formulemos otras preguntas: ¿Qué tipo de opinión escoge el poder político de turno para premiar?, ¿Qué tipo de opinadores?, ¿Es que en ellos existe una tarifa para que la palabra escrita no toque al gobernante de turno? Las preguntas, nada inocentes ni cándidas, se hacen hoy desde el lado de una crítica a todo tipo de compra-venta disimulada de aquello que supuestamente usted defiende: sus ideas, pero posiblemente ese sea el problema del opinante vendido: En esa búsqueda tan compleja hoy como son los ejes postmodernos, las masas (que sí parecen estar para hacerse cada día dóciles) no se interesan por un pensamiento alternativo; solo simulan su interés. Un dato bastaría: Investiguemos cuál es el criterio  para que los estudiantes de pre universidad y universidad escojan el nombre de su promoción y padrino. La pregunta resumen de ellos es brutal cuando aparecen los nombres: ¿Y qué nos ofrecen? ¿No es acaso esa misma  interrogante la que circula en el mundo de la militancia política? Existen datos donde un comandante de los aparatos represivos salió escogido porque la rumba estaba garantizada.

Las masas no están interesadas en un pensador como R. Rorty quien dice: “Considero a los enemigos de la felicidad humana como codiciosos, perezosos e hipócritas y no veo la necesidad de acusaciones filosóficamente profundas para tratar con semejantes enemigos”.  Entonces mi respuesta es que aquello de interés para el público, es decir las masas, depende mucho del contexto y, el que vivimos en Venezuela es baboso, cruel, cínico, oportunista, corrupto y disimulado con falsas verdades.  ¡Qué sigan los almuerzos, reconocimientos y condecoraciones!  El crimen sí paga, sobre todo cuando no se le somete a crítica. Saque sus conclusiones.

 

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