La clave de la humanización es la expansión de conciencia y la detección y neutralización de quienes tienen cero conciencia: los sociópatas!.
El punto de partida para cambiar el curso de los eventos y evitar la destrucción final de la humanidad radica en expandir rápidamente nuestro nivel de conciencia acerca de lo que estamos viviendo y sus consecuencias.
Las frases siguientes se iniciarán repetida y obsesivamente con «Tomar conciencia»
para marcar la crucial importancia de «Tomar conciencia»
acerca de la urgente necesidad de «Tomar conciencia»,
como el factor clave para girar el camino actual hacia la humanización de la humanidad.
Tomar conciencia de que necesitamos rápidamente transitar de la Era de la Ciencia, que no logró ese objetivo, a la Era de la Conciencia. Requerimos tomar conciencia de que la radicalidad de los cambios en el mundo de los hechos, especialmente la revolución cientifíca y tecnológica, nos obliga a revisar las bases filosóficas desde las cuales hemos hasta ahora buscado interpretar y dar sentido a dichos hechos: los paradigmas.
Tomar conciencia de que los paradigmas de base de la cultura occidental ya no sirven para ello: el escencialismo, racionalismo e individualismo competitivo y atomístico impiden o limitan la capacidad de los occidentales para entender y lidiar con las nuevas realidades.
Tomar conciencia de que las revoluciones paradigmáticas son una amenaza terminal para los que se quedan apegados a los viejos paradigmas y abren grandes oportunidades para los que logran desapegarse de los viejos paradigmas: los innovadores
Tomar conciencia de que la concepción del ser humano como un ente capaz de saber como las cosas objetivamente son, nos hace arrogantes y dificulta la capacidad de aceptarnos y entendernos en un mundo multicultural. Tomar conciencia de que los desarrollos científicos en biología del conocer y neurociencia no avalan dicha concepción.
Tomar conciencia de que la concepción del ser humano como «un ser que es» (esencialismo), determinado fuertemente por sus genes, con poca capacidad de cambiar en su «esencia», nos hace rígidos y dificulta nuestra capacidad para innovar en lo personal y organizacional, condición clave para prevalecer y desarrollarnos en las nuevas realidades.
Tomar conciencia de que la epigénetica y la neuroplaticidad cambian radicalmente nuestra visión del ser y abren enormes posibilidades para transformarnos en la dirección que queramos, incluyendo ser más comprensivos, compasivos y amorosos.
Tomar conciencia de que el paradigma racionalista ya no sirve en la era de la inteligencia emocional que es cada vez más relevante, no sólo en la vida social y personal sino también en el mundo del trabajo en organizaciones. Que la irrelevancia creciente del Coeficiente Intelectual (CI) se incrementará con el advenimiento de la Inteligencia Artificial, en el marco de la cuarta revolución industrial. Que el modelo de que «la razón precede a la acción» nos hace lentos y desconoce y desperdicia el poder de los sistemas nerviosos más antiguos, incluyendo el veloz sistema reptílico.
Tomar conciencia de que el racionalismo jerarquiza por Coeficiente Intelectual (CI) y niveles educacionales formales, generando organizaciones jerárquicas y poco participativas, ignorando el potencial de contribución e innovación de las personas de niveles socio culturales y educacionales medios y bajos.
Tomar conciencia de que el dualismo mente-cuerpo es una debilidad de nuestra medicina alopática, en comparación a las medicinas monistas y sistémicas, que se observan en las culturas orientales y tambien en la de algunos pueblos originarios.
Tomar conciencia de que el paradigma «Pienso, luego existo», que desafortunadamente venciera al paradigma «El corazón tiene razones que la mente ignora» en el debate filosófico de mediados del Siglo XVII, al poner la razón sobre la emoción, puso el amor en un lejano segundo plano en las relaciones humanas, incluso en la familia en algunas culturas. Que la exacerbación del rol de la mente está a la base de varias enfermedades del mundo psíquico.
Tomar conciencia de que el individualismo competitivo alimenta el ego, produce miedo, stress, ansiedad e inseguridad y dificulta la colaboración, el trabajo en equipo y la vida en comunidad.
Tomar conciencia de que, en su conjunto estos paradigmas -esencialista, racionalista e individualista- son un obstáculo cada vez mayor a la crucial innovación que hoy requerimos en todos los ámbitos de la vida humana, desde la familia hasta la política, pasando por cierto por el ámbito de las organizaciones, públicas y privadas.
Tomar conciencia de que este conjunto de paradigmas es un impedimento para convivir en forma ármónica en ambientes multiculturales. Que genera las condiciones para que diversas patologías florezcan: la desconfianza, la envidia destructiva, el miedo como estado de ánimo, el resentimiento, la resignación, el arribismo el cinismo y, las más dañina y peligrosa de todas: la sociopatía
Una cultura racionalista e individualista, en un mundo cada vez más competitivo, complejo, rápida, radical e inciertamente cambiante, genera un contexto en que las personas de baja autoestima, especialmente cuando llegan a posiciones de mucho poder, se sientan crecientemente amenazados y expuestas a ser descubiertas. La respuesta de muchos de ellos (es esta una patología no exclusiva pero preferentemente masculina) es desconectarse y perder conciencia de sí, perdiendo toda capacidad de ser empático y no sintiendo culpa o remordimiento por el sufrimientos ocasionados a otras personas, a veces a millones de ellas. ¿Le suena conocido?
Los sociópatas están destruyendo capital social a cada vez mayor velocidad, liderando la deshumanización del planeta y arriesgando su destrucción total. Aterradoramente, la proporción de ellos en la sociedad está subiendo. Hasta hace poco tiempo se estimaba que era el 1% y el 4% en las cárceles. Jon Ronson estima que en los nuevos tiempos en las esferas empresariales llega al 4%. Pero Martha Stout estima en su «The Sociopath next door» que ese 4% es la proporción observada en toda la población estadounidense.
Todos los sociópatas son hijos de un débil «vinculo de apego seguro», que ahora sabemos empieza en el vientre materno y no sólo en los primeros años de vida. «Vinculo de apego seguro» es una forma eufemística, propia de los científicos, para referirse al amor.
Como antes dijimos, y esto vale repetirlo muchas veces, la cultura occidental no ha puesto el amor en el centro de la vida social y tampoco, en algunas subculturas, en la vida familiar.
Frente a la pregunta «Qué es lo más importante que los padres deben hacer por sus hijos», en Chile la respuesta de la casi totalidad de los consultados es : «Darles una buena educación». Es probable que esto sea parecido en otros países. Parece serlo en Estados Unidos de Norteamerica, que vive hoy, a mi juicio, un acelerado proceso de deshumanización y enloquecimiento colectivo.
Harari ha generado una verdadera revolución y apertura a nuevos paradigmas con sus libros, especialmente con «Sapiens», en el cual argumenta que este parece ser el menos Homo de todos los Homos, a varios de los cuales exterminó. Jon Kabat Zin nos propone, desde otra perspectiva, que el «Homo Sapiens Sapiens», el «homo que sabe y sabe que sabe», no parece haber llegado aún a este estado evolutivo. Y ese es el salto que debemos dar ahora.
Uno de los urgente cambios paradigmáticos para salvar y humanizar la humanidad es tomar conciencia de todo lo anterior, hacer una revolución paradigmática, poniendo en el centro de los nuevos paradigmas uno que rece
«El hombre/mujer es un animal que AMA».
Por: Carlos Vignolo F.
Académico Universidad de Chile