Tokio, 16 may (EFE).- Tokio inicia este domingo la cuenta atrás de 100 días para la celebración de los Juegos Paralímpicos, que al igual que los Olímpicos se ven rodeados de dudas por la situación del virus y cuya celebración estará marcada por las medidas anti-contagios.
Los Paralímpicos se inaugurarán el 23 de agosto, unas dos semanas después de los Juegos Olímpicos, concluirán el 5 de septiembre y está previsto que cuenten con la participación de unos 4.350 atletas de todo el mundo.
La cuarta ola de contagios que afecta a Japón y la declaración de la emergencia sanitaria en Tokio y otras regiones han generado inquietud sobre la viabilidad de los eventos deportivos y el rechazo de la población nipona y de profesionales médicos a su celebración, aunque los organizadores han insistido en que los JJOO siguen adelante.
«La mejor manera de reaccionar a este sentimiento es dando información. Tenemos confianza en los protocolos que tenemos para proteger a los deportistas y a la población japonesa. Las restricciones de movimiento serán muy severas», dijo a EFE en la víspera el presidente del Comité Paralímpico Internacional, el brasileño Andrew Parsons.
El responsable del CPI también destacó que pese a la situación excepcional en la que se celebrarán estos Paralímpicos, el evento será «histórico y muy necesario para dar voz al 15% de la población» mundial.
Por su parte, el primer ministro nipón, Yoshihide Suga, reafirmó el pasado viernes que «es posible» organizar unos Juegos Olímpicos y Paralímpicos «seguros tanto para atletas como para la población nipona», al anunciar la extensión del estado de emergencia sanitaria a tres regiones adicionales hasta finales de mes.
Entre las medidas anti-covid que los anfitriones prevén aplicar está la recomendación de que los atletas participantes se vacunen antes de su llegada a Japón y la realización de test PCR a su llegada al país y de forma diaria durante su estancia.
Además, los deportistas verán limitados sus movimientos a los lugares de alojamiento, entrenamiento y competición, sin que se les permita tomar el transporte público, salir a la calle o hacer turismo en su tiempo libre.
A esto se suma el recorte de los representantes de comités olímpicos, federaciones y otros organismos implicados en los Juegos hasta el mínimo número posible para el funcionamiento de los mismos, según anunciaron los organizadores.
Los anfitriones nipones organizaron varios eventos en Tokio para marcar la cuenta atrás de 100 días para los Juegos, entre ellos la colocación del emblema paralímpico en la entrada de la sede del Gobierno Metropolitano de Tokio, que también acogió para la ocasión un espectáculo de teatro tradicional nipón kabuki.