Durante tres días los municipios de montaña y de la zona norte del estado Táchira se vistieron de fiesta para recibir al VI Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Lisandro Rivas, quien asumió su nuevo rol el pasado 14 de diciembre acompañado del ahora administrador de la iglesia católica en la entidad, Monseñor Mario Morota y su Obispo Auxiliar, Juan Alberto Ayala.
Una caravana presidida por Monseñor Mario Moronta partió en horas de la madrugada del jueves 12 de diciembre hacia el Aeropuerto Internacional “Francisco García de Hevia” ubicado en La Fría, municipio García de Hevia. Al bajarse del avión, el Obispo del Táchira besó el suelo y encomendó a Dios su obra como pastor diocesano.
Desde aquel momento hasta el viernes en la noche, Monseñor Lisandro Rivas realizó diversos recorridos. Ofició una eucaristía en la Basílica del Espíritu Santo en La Grita, municipio Jáuregui, en donde se encuentra la imagen original del patrono del Táchira, el Santo Cristo de La Grita.
Posteriormente estuvo en la localidad de Seboruco, en la iglesia de Santa Rosa, única en el mundo por sus tres cúpulas; hasta llegar a El Cobre, municipio José María Vargas, en donde los productores de la zona lo esperaban con una carroza adornada con alimentos que nacen en estas tierras como: cebolla junca, cebolla de cabeza, zanahoria, aguacate, entre otros; acompañados de música campesina.
En el municipio Andrés Bello, Monseñor Lisandro Rivas, caminó varias calles, conversó con los habitantes de estas comunidades, bendijo sus hogares, escuchó sus relatos y visitó la iglesia María Auxiliadora, donde lo esperaba parte de la feligresía.
El recorrido culminó en la Basílica de la Virgen de La Consolación de Táriba, en donde estuvo acompañado, además de sacerdotes de la Diócesis de San Cristóbal, de obispos de regiones de Colombia: Tibú, Cúcuta, Málaga y el Arzobispo de Nueva Pamplona.
De Venezuela estuvieron presentes el Arzobispo de Ciudad Bolívar, el Obispo Auxiliar de Caracas, el Obispo de Margarita y el Vicariato de Caroní.
“Sigo el legado de mis predecesores”
Al asumir su rol como Obispo, desde el atrio de la Iglesia Catedral de San Cristóbal, Monseñor Lisandro Rivas expresó su disposición de continuar con el legado de sus predecesores construido a lo largo de 102 años de labor pastoral de la Diócesis.
“Entrego mi ser y quehacer como pastor para velar por el bien de mis ovejas, acompañar y continuar el camino de esta diócesis que alcanza ya 102 años. Sigo el legado de mis predecesores. Sé que el camino se ha fortalecido y está guiado por el proyecto pastoral y fundamentado en los tres sínodos diocesanos”.
Indicó que estará para guiar a los más necesitados, a los migrantes, a quienes requieren de una mano amiga y solidaria de la Iglesia, pues está seguro que su designación como Obispo es una obra del Espíritu Santo. “Quiero ser un padre, un pastor y servidor de las almas, que acoge a los necesitados, a los pecadores. Un padre que busca sus ovejas y hace que retornen a casa”, expresó.