Luzfrandy Contreras / DLA
La situación económica que atraviesan los trabajadores públicos, especialmente los obreros y bedeles, ha generado afectación en su salud mental, así lo denunció Gladys Jaimes, presidenta del sindicato que agremia a estos empleados en el estado Táchira. Dijo que son alarmantes los niveles de depresión, estrés y desánimo generados por los bajos salarios percibidos.
«Los trabajadores hoy en día se encuentran muy deprimidos, desanimados, psicológica y emocionalmente. Y eso es lamentable porque eso ha traído consecuencias en su salud mental. Muchos padecen depresión, angustia y ansiedad». Expresó que debido a la sobrecarga laboral y a las diversas responsabilidades económicas los trabajadores enfrentan episodios de salud que algunas veces no pueden costear.
Insistió en que la calidad de vida de los trabajadores se ha visto perjudicada, ya que la mayoría de debe pagar alquiler, comprar alimentos y medicamentos. «Lamentablemente, los trabajadores están sufriendo la decadencia de pagar transporte, de pagar alimentación, ya que sabemos que el aumento salarial no existe».
Comentó que a pesar de percibir un aumento en el bono de la guerra económica, este se hace insuficiente para saldar todos los gastos, de hecho, la presidenta del sindicato insistió en que no se realiza un aumento salarial desde hace tres años. «Los trabajadores están muy desanimados para poder asistir a trabajar. Todos sabemos que el trabajador tiene que salir y buscar otro sustento para poder llevar algo más a su casa».
«Algunos trabajadores tienen a sus niños desnutridos»
Jaimes, indicó que la precariedad económica ha obligado a los trabajadores a vivir en situaciones que no son cómodas, y que afectan no solo a estas personas sino a sus hijos. «Tenemos muchos trabajadores que viven en condiciones deplorables, personas que no pueden mantener a sus niños, o que tienen niños que están desnutridos».
Dijo que la mayor parte de los trabajadores que prestan servicio como obreros o bedeles son adultos mayores quienes no han recibido aún su jubilación. Además, algunos de ellos no solo están activos laboralmente, sino que se convirtieron en abuelos cuidadores ya que sus hijos salieron del país y los dejaron a cargo de los niños. «Lamentablemente, hay niños en situaciones tristes y lamentables, porque aparte de eso, muchos padres se han quedado con sus hijos y sus nietos».
Por tal motivo, pidió apoyo para mejorar las condiciones y la calidad de vida de quienes se dedican a las tareas de obreros y bedeles en las instituciones, con la finalidad de que puedan proteger su salud física y mental.
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