Un promedio de 10 pacientes por mes, que asisten a este centro de salud fallecen y quienes siguen en pie tienen temor porque el tiempo avanza en su contra, según relatan ellos mismos, angustiados porque no tienen otro lugar a dónde ir, es el único hospital oncológico en esta entidad andina.
Mervin Orozco, espera una cirugía desde hace dos meses, “ahora estamos en espera todos porque tenemos más de tres semanas con las cirugías suspendidas en el hospital, por falta de oxígeno en el quirófano. Ayer se murió un paciente de Rubio que esperaba”.
Orozco dice que ven morir cada mes más de 10 pacientes que asisten al Hospital Oncológico del Táchira. Sostiene que son varias las razones de éstas numerosas muertes, “por falta de medicamentos muchos mueren debido a pocos tienen moneda extranjera para comprar los medicamentos en Colombia, “incluso otros están muriendo hasta por falta de alimentos. Para ser atendidos tenemos que comprar todo, hasta el algodón, porque no llega casi nada a éste hospital”.
CLaman ayuda
La Unidad de Quimioterapia también está detenida, y en el hospital son unos 200 pacientes con cáncer quienes hacen la cola por atención. Igual sucede con la radioterapia que salió de función hace tres años, relata Blanca Niño quien tiene seis años como pacientes oncológica en el hospital del Táchira.
Dice que casi todos los días mueren pacientes, clama por ayuda y con urgencia solicita les solventen el oxígeno para el pabellón de cirugía del centro de salud, “el cáncer no distingue en edades, sexos, ni política. Ayúdennos. Necesitamos calidad de vida, el tiempo corre en nuestra contra y queremos pensar en que tenemos un día más de vida cada día, no un día menos”, señaló Niño.
Sin poder comer porque no tiene gas doméstico
Martina Villamizar es una adulta mayor, ella encarna uno de los dramas que viven miles de tachirenses y venezolanos. Tiene cáncer de mamas y en el Hospital Oncológico de San Cristóbal no hay insumos, ni equipos médicos para atenderse.
Pero como si esto fuese poco, tampoco puede comer todos los días, a pesar de lo obligante en su estado de salud y su avanzada edad. Lo poco que recoge para comprar alimentos lo obtiene haciendo rifas y vendimias y algo de ayuda que le brindan sus familiares. Ya con el mercado en casa, cocinar no es posible, tiene cinco meses sin gas doméstico y tampoco cuenta con una cocina eléctrica, solo una olla arrocera donde elabora todo lo que consume.
“Me paro en la madrugada si hay luz para poder ir cocinando, en leña no puede porque me hace daño por el cáncer”.
Martina relata que hace mes y medio se anotó en una lista para que le vendan gas en la alcaldía del municipio Junín, en Rubio, donde vive. Ha ido a preguntar repetidas veces y le dicen que espere, así que con hambre debe dormir más de una vez.
Esta anciana vive a una hora aproximadamente de San Cristóbal, donde está el hospital oncológico, como no hay transporte público llega en colas, como ésta mañana que salió pasadas las tres de la madrugada para obtener una cita para consulta médica.