Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)
En el antiguo templo griego de Apolo en Delfos había entre otras la siguiente inscripción: “gnothi seauton” que significa: “conócete a ti mismo”.
No obstante, hasta un filósofo tan reflexivo como Sócrates (469-399 A. de C.) confesó que no lo había logrado. En efecto, el filósofo Platón (427-347 A. de C.) en su diálogo ‘Fedro’ representa a Sócrates dialogando con Fedro, y Sócrates dice: “Yo todavía no ‘me conozco’ y no cumplo lo que dice la inscripción en Delfos, y mientras siga con esa ignorancia me parece ridículo indagar sobre otras cosas” (Fedro, 230a).
El comediógrafo latino Terencio (aprox. 185-159 A. de C.) en su comedia: “La Andriana” presenta al personaje Carino en un monólogo en el cual dice: “Mi pariente más próximo soy yo mismo” (Acto Cuarto, Inicio de la Escena Primera).
Pero siglos más tarde el filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) fue muy tajante sobre la imposibilidad de conocernos e invierte lo que dice Carino. Así, en su obra: ‘La Genealogía de la Moral’ (1887), dice: “¿Quiénes ‘somos’ nosotros en realidad? (…) Necesariamente permanecemos extraños a nosotros mismos, no nos entendemos (…) en nosotros se cumple por siempre la frase que dice ‘Cada uno es para sí mismo el más lejano’” (Prefacio, 1).
Yo coincido con Nietzsche en que no nos conocemos….¿Cuántas veces nos ha sucedido que pensamos, decimos, o hacemos cosas y luego no sabríamos explicar bien los motivos que nos indujeron a tales pensamientos, dichos o acciones?….¿Cuántas veces estamos desanimados o muy animados, y por más que tratamos de dilucidar el motivo no acertamos a descubrirlo?.
Hay investigaciones que evidencian que las personas tienden a sobreestimar sus capacidades y méritos. En un estudio que se hizo con un millón de estudiantes de bachillerato en Estados Unidos, el 70 % consideró que estaba por encima del promedio en lo que se refiere a capacidad de liderazgo y solamente un 2 % consideró que estaba por debajo del promedio. En otro estudio con profesores universitarios el 94 % de ellos consideró que su desenvolvimiento académico estaba por encima del promedio (1).
Por otro lado, la mayoría de las personas se bloquea mentalmente cuando la verdad sobre algo afecta sus intereses personales y entonces rechaza esa verdad. Eso lo expresó muy bien el filósofo alemán Theodor Adorno (1903-1969) en su obra: ‘Mínima Moralia’, que es una colección de breves ensayos publicados entre 1944 y 1947. En el ensayo 118 titulado: ‘Pensamiento Deseoso’ dice: “Los hombres se tornan estúpidos en el punto donde comienzan sus intereses, y entonces dirigen su resentimiento contra lo que no quieren entender, porque temen entenderlo muy bien” (Parte Tercera, publicada entre 1946 y 1947)…¿No vemos frecuentemente que Adorno tiene razón cuando dialogamos con personas que están fanatizadas en política y se ciegan y se vuelven sordas por sus intereses personales?.
Asimismo, las investigaciones en psicología desde los años 1990 han evidenciado que una persona manifiesta una personalidad que es distinta según el contexto, es decir, una personalidad que puede ser diferente según la persona que trate en su vida cotidiana, y eso por supuesto ocasiona que sea muy difícil conocerla de verdad (2).
Para finalizar, hay motivos muy serios para concluir que no nos conocemos bien y tampoco conocemos bien a los demás. NOTAS: (1) Pag. 68 en Jonathan Haidt (2006) ‘The Happiness Hypothesis. Finding Modern Truth in Ancient Wisdom’. Basic Books. New York (2) Pags 135-137 en Steven R. Quartz and Terrence J. Sejnowski (2002) ‘Liars, Lovers and Heroes’. HarperCollins. New York.
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