Escribo el 26 de mayo de 2019 y con la escasez de gasolina estamos llegando a situaciones infernales… ¡En varias partes del país hay que pagar con varios dólares un bidón de gasolina!… Nuestro país está literalmente en escombros porque las fuerzas productivas fueron destruidas durante los últimos 20 años y la mayoría de la población padece por la falta de alimentos y medicamentos. Mientras tanto la corrupción de los grandes funcionarios es astronómica y quizás lo peor es la mentalidad de ‘sálvese quien pueda’ que impera en la población. En efecto, en la antigua mitología griega Hermes era el dios de los comerciantes y los ladrones, desgraciadamente un buen número de comerciantes hacen honor a ese dios, porque especulan con los precios. También hay ciudadanos que han desarrollado una mentalidad anti-solidaria y egoísta y hasta cobran por llevar a alguien conocido en su vehículo.
El único remedio para tan dantesca situación estriba en recuperar la producción de la compañía petrolera PDVSA y reconstruir el aparato productivo. Pero para lograr esa reconstrucción se va a requerir la ‘sinergia de la población’. El término ‘sinergia’ proviene del griego ‘sunergia’ que significa ‘cooperación’, y se refiere a la interacción de dos o más agentes o fuerzas de tal manera que su efecto combinado es mayor que la suma de sus efectos individuales por separado. En el caso de una población implica que se desarrolle una ‘mentalidad solidaria de grupo’ y obviamente eso será muy importante para fortalecer la sociedad civil y controlar a un nuevo gobierno para que de ninguna manera incurra en corrupción y para que tenga una sensibilidad humana hacia la población desposeída.
El autor alemán Stefan Klein (nac. 1965) en su importante obra: ‘La Ciencia de la Felicidad’ (2002), refiere estudios que evidencian la importancia de desarrollar un sentido cívico para lograr más dicha en una sociedad. Vale la pena citar textualmente un fragmento de lo que dice: “Allí donde los habitantes se asocian de buena gana para alcanzar alguna meta de interés común, generalmente la administración también funciona bien (…) Cuando la sociedad civil tiene una vida activa, es difícil perpetrar nada a escondidas. De ahí que los políticos sean más honrados desde el primer momento, porque les consta que no se les va a tolerar ninguna extralimitación o irregularidad. En las sociedades peor articuladas, la corrupción prospera porque el individuo se siente desvalido frente a la prepotencia de los clanes y los grupos de interés creados.
La reconstrucción de nuestro país va a ser muy difícil, pero si la población desarrolla sinergia y sentido cívico comunitario, entonces quizás lograremos algo de felicidad.
NOTA: (1) Pag. 245 en Stefan Klein (2002, 2006) ‘TheScience of Happiness’.