<El problema de participar en una carrera de ratas es que aun si eres el ganador, seguirás siendo una rata.> Lily Tomlin. P.64, en Ken Blanchard. El corazón de un líder. 2000, México.
De la dignidad se dicen muchas verdades, medias verdades y mentiras. Aquí fijo mi criterio apoyado en fuentes como la de A. C. –Sponville en su Diccionario filosófico: “Es el valor de lo que no tiene precio, ni valor cuantificable, objeto no deseado o de comercio, sino de respeto”. Conclusión: sin una idea de respeto no existe la dignidad como valor humano en un sujeto social dado. La idea aparece en la modernidad de E. Kant para referirse a lo digno como algo absoluto y en sí mismo un fin. Rastreando un poco antes, leí un folleto escrito por M. Ciliberto en Philosophie, No., 102 referido a la dignidad en Pic de la Mirandole, (solo vivió 32 años) lo siguiente: “ Libere al hombre de regresar a ser un ser inferior deviniendo un bruto, o elévelo ascendiendo a las cosas superiores y divinas” Por supuesto, esta idea chocaría con el contexto cultural religioso de la Roma dominada por el cristianismo, y sus 900 conclusiones (que hoy tienen 557 años de haberse propuesto) con planteamientos entrecruzados de Platón, Aristóteles, magia y Kabala; fueron condenadas por el Papa Inocencio VIII. Condena basada en un informe de una comisión pontificia creada para analizar tal trabajo. La idea de hombre, en Pic de la Mirandola, es protiforme o de quien cambia con frecuencia de forma como lo hace un camaleón. Sin embargo, él lo diferencia de animales y plantas, pues ellos tienen un destino fijado y Dios ha creado el hombre con una naturaleza cambiante, indefinida e ilimitada. Para el hombre no existen barreras, es él quien escoge su destino y libre de regresar a seres inferiores. Estamos en el 2020 y lo logrado hasta ahora en aspectos de humanismo y dignidad no ha ocurrido en paralelo con el desarrollo tecnocientífico, comunicacional y de aventura espacial. El hombre camaleón, el pragmático, el inmoral, el antiético, el corrupto y el utilitarista son los íconos que se destacan. El hombre espiritualista y de la divinidad de Pico de la Mirandola aún no emerge. Por ello el asunto de la dignidad sigue siendo una tarea pendiente en el humano. Con la aparición del chino virus se ha puesto en evidencia que el mundo y el hombre no serán como venían siendo, la sociedad pudiera ser incluso peor de lo que viene mostrando en coerción, desigualdad y esclavitud. Hay en las redes sociales especulaciones como esa del fin del capitalismo, o que ahora existirá más solidaridad, piedad y compasión entre humanos. Como aspiraciones no las critico, pero ¿por qué no pensar en ese camaleón en la representación del hombre político como sujeto del poder? En claro saco algunas claves que son constantes en este siglo: azar, incertidumbre, violencia, terrorismo (incluido el tratamiento de virus, bacterias y bacilos no controlados), vigilancia, perplejidad, complejidad, miedo, asombro. No somos máquinas predecibles, pero tampoco ángeles. Quizás lo de la dignidad y colocar la idea del hombre sobre divinidades, como pensaron los modernos, sea una idea a superar en cuanto a la aceptación de nuestras limitaciones. Pareciera que la idea de convivir con la metafísica e inventar nuevos dioses o reafirmar los existentes perforó la independencia de los modernos. La idea no es sino la constatación de que el humano no puede vivir sin contacto con los dioses, y la idea de dignidad estaría conviviendo en ese espacio. Saque sus conclusiones.
@CamyZatopec