Jose Rojas CNP 25.946
En Venezuela, conmemoramos el Día del Periodista este 27 de junio, en homenaje a nuestros Libertadores que, con Simón Bolívar al frente de la lucha independentista del siglo XIX frente al imperio colonial español, dieron vida al Correo del Orinoco, en 1818, desde Angostura, hoy Ciudad Bolívar.
El periodismo Venezolano enfrenta desafíos estructurales persistentes como lo es la concentración de la propiedad de los medios por parte del Estado, servicios públicos de información débiles y malas condiciones laborales en los pocos medios independientes que aun se mantienen.
Dicho cuadro podría resumirse en que son años de un bloqueo sistemático informativo por parte de los organismos del Estado, además del cerco económico a medios de diversos ambientes, como la practica continuada de la censura, cierre de televisoras, emisoras de radio, plataformas informativas y los mas grave la persecución y hasta el encarcelamiento de periodistas reporteros gráficos.
Todo ello con un marcado propósito una sola vos, un solo medio (El Estado), en contravención de los establecido en la CRBV, en sus artículos 57 “Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas u opiniones a viva voz por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión sin que pueda establecerse censura…. Se prohíbe la Censura a los funcionarios públicos o funcionarias publicas, para dar cuenta de los asuntos bajo su responsabilidad”. A la par el articulo 58 establece que “La comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la Ley”.
Todo lo anterior conforma desde mi punto de vista y ante el cumulo de situaciones vividas en los países latinoamericanos que la democracia cruje en nuestros países ante la mano de gobernantes autoritarios que no admiten cuestionamientos y criticas buenas o malas a su gestión, la opacidad envuelve, las decisiones de gobiernos y autoridades convirtiendo el acceso a la información en un muro, a la par del debilitamiento de la democracia, la libertad de prensa se ha deteriorado severamente en toda América Latina, con prácticas de acoso y persecución al buen periodismo caso: Brasil, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Honduras y Venezuela.
Pero a pesar de ello en este contexto, el periodismo sigue siendo el cordón umbilical de los ciudadanos con el mundo exterior y la profesión que gobernantes autoritarios identifican como el enemigo. De allí el acoso, las descalificaciones, amenazas, el abuso del poder contra medios y periodistas. Son tiempos duros.
Ahora bien ¿que papel le toca jugar al periodista en tiempos de conflicto social? Porque son días de conflicto social, entre una cultura del miedo, negadora de servir al pueblo con la búsqueda de soluciones a sus desesperanzas, como la otra amenaza del silencio, pienso que la repuesta es que el periodista debe hacer su mayor esfuerzo para entregar a la gente la información veraz, oportuna, que ayude a estar informado de su entorno.
Es la encrucijada que enfrenta la profesión del periodismo, ante una crisis política, social, económica, cuando nuestra democracia cruje, la veracidad y oportunidad de la información, de que el periodismo, el buen periodismo, emerja como una gran herramienta para intentar como el último soldado en defender el derecho a la información, a la vida de los ciudadanos.