Desde el yo, debo decir, que pertenezco a una generación que prefería comprar para leer y compartir tres periódicos impresos al día, así quedáramos sin un cobrito en el bolsillo, pero nunca darnos el “lujo” de estar desinformado. Dos de circulación nacional y uno regional, indudablemente, el Diario de los Andes.
En estos 47 años de existencia de “Los Andes”, como comúnmente se le llama, en mi parecer ha logrado la preferencia lectora en Trujillo, sin tomar en consideración que hace varios lustros tenía el más alto tiraje en sus ediciones diarias, preferencia que ha cimentado en esa cualidad liberal, de apertura y receptividad a todas las vertientes del pensamiento, grupos sociales, culturales, ambientales, religiosos, políticos, lo que le da mucha credibilidad en cuanto a su objetividad e imparcialidad y por supuesto, genera la confianza de los lectores y la sociedad toda. Eso da una idea, del compromiso que ha sostenido con la entidad regional.
Del mismo modo, puedo hablar del nivel de compromiso con las causas nobles y luchas sociales de los pueblos trujillanos, con un ejemplo local, el de mi parroquia, donde destaca la cobertura de la lucha histórica de los años 80 del siglo XX. En la recién publicada Historia Hemerográfica de La Puerta, encontramos los siguientes datos: desde 1980 a 1987, hubo 89 reseñas y notas periodísticas de diarios nacionales y regionales acerca del conflicto ambientalista y por la tierra, de las cuales 62 fueron realizadas por Diario de los Andes y sus más destacados periodistas de la época, convirtiéndose en la voz de aquel pequeño y aislado pueblo rural andino.
Otro rasgo importante, más allá de la información, son sus segmentos temáticos y ediciones especiales. Son realmente esfuerzos que hace el Diario de los Andes, para coexistir en este mundo tecnológico y digital, que demuestran su respeto y compromiso con la memoria colectiva trujillana; podemos ver cómo se aborda el tema del género, nuestras heroínas en la historia local y regional o de personajes como Mario Briceño Iragorry, y el mismo Dr. José Gregorio Hernández, con respeto, veracidad, este, con diferentes enfoques, desde lo académico hasta lo popular, el religioso, el científico, el ciudadano, el joven vacacionista, el universitario, el filósofo, el historiador, el sociólogo, el bailarín, ejemplificando desde la crónica, sus valores ciudadanos, esos que crean conciencia, evitando la historia panfletaria, que tantos anacronismos, medias verdades y errores difunde.
Igualmente, yo me felicito junto con todo el grupo de extraordinarios y arriesgados historiadores, escritores y cronistas, por estos primeros años del segmento Sentido de Historia, que todos los domingos nos hacen gozar espiritualmente de sus trabajos y artículos, iniciativa de nuestro recordado licenciado Elvins González, y que hoy, lleva como buen timonel el Dr. Eladio Muchacho, sin duda, un proyecto hermoso e interesante, que se basa en el trabajo colectivo, que le ha dado la permanencia de estos años.
Debo confesar que quien me vincula a este proyecto es el profesor Alexis Berrío, mi buen amigo conversaba con el licenciado Elvins González por allá en el 2021, del trabajo que venía yo realizando sobre la reconstrucción de la historia local de La Puerta y un buen día me llama Elvins, a quien considero hay que hacerle un gran reconocimiento por este proyecto, yo desconocía su cualidad docente, realmente lo desconocía, y me invitó y me incorporé con la esperanza de que la historia de mi pequeña localidad, los nuevos datos históricos y las nuevas informaciones acerca de la verdad de los hechos y personajes que se van visibilizando o la revelación de la historia oculta de este pequeño pueblo andino trascendiera mucho más de lo que podía yo hacer a través de la página de historia de La Puerta, que tenemos en Internet.
También el placer que es leer cada una de las crónicas y artículos de los escritores, su temática variada y encantadora, los leo todos; pero para mí, debo decirlo, Sentido de Historia constituye un cantón de aprendizajes, es una escuela, Elvins fue un maestro, muy disciplinado, lector de los trabajos y crónicas y su hermenéutica; atento ante las limitaciones que pudieran tener los escritores para respetar el formato, se me hizo difícil, acostumbrado a escribir largos trabajos de investigación, lo del número de caracteres, su reducción de párrafos, me dio orientación en cuanto a cómo titular, tips referenciales para diseñar las portadas e imágenes, aplicaciones tecnológicas, inclusive, me enviaba un mensaje indicando el impacto o la polémica generada por la crónica de la semana, una interesante y novedosa didáctica en la comunicación social; el que quiera convertirse en cronista de esta época, debe involucrarse en este bonito proyecto de Diario de los Andes, para mí es una escuela.
Diario de los Andes, se ha ganado un sitial de honor como espacio para difundir información y contenidos que convocan a la reflexión, para la construcción del futuro de nuestra entidad, por eso, extiendo mis mejores deseos, porque se mantenga como ventana irreverente y luminosa para todos los que lo leemos. Felicitaciones a Don Eladio Muchacho y a todo el personal que hace posible, contar en estos tiempos, con el Diario de los Andes.
Dr. Oswaldo Manrique.
Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta
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