Diversos grupos rechazaron la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo
El Senado de Argentina inició este martes las sesiones previas al debate por la propuesta de Ley del Aborto en el Congreso de la Nación, mientras que frente al edificio, una multitud volvió a dividirse entre consignas celestes y verdes en uno de los proyectos más cuestionados de la historia del país.
El proyecto de ley, presentado por séptima vez el pasado marzo por la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito ante las cámaras parlamentarias, se debatirá en el Senado el próximo 8 de agosto.
A partir de las 17:00 horas el Senado argentino daba inicio a un debate histórico para el país austral, ya que el proyecto para la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo nunca había llegado tan lejos.
Diversos grupos defendieron con banderas, pancartas y pañuelos celestes el autodenominado movimiento «provida», y se hicieron visibles frente al edificio del Congreso en la parte izquierda de la plaza, tal como lo hicieron el pasado 13 de junio cuando la Cámara de Diputados del país debatía lo que, a la mañana siguiente, obtuvo la media sanción.
«Lamentamos mucho que algunos diputados han cambiado su postura en el último momento, y eso nos llama mucho la atención, nos ha provocado mucho disgusto y también estamos viendo algo similar en algunos senadores», explicó en diálogo con Efe Rodolfo Diomede, integrante de la organización Juventud por una Misión.
Además, las organizaciones se lanzaron a la calle para conseguir firmas que presentar a los senadores, que según Diomede, se encuentran «desinformados» de lo que supone esta Ley.
«Hoy llevamos alrededor de 100.000 firmas, además de las 600.000 que ya entregamos tres semanas atrás», afirmó Diomede.
Las audiencias para debatir el proyecto se realizarán cada martes y miércoles, según señaló en un comunicado el Senado argentino difundido tras la sesión de este martes en el plenario de las Comisiones de Salud, Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales.
Con 25 años de edad, Mercedes Millain, asistente a la protesta, ayuda a recopilar firmas «para pedir a los senadores y al presidente que pueda escuchar al pueblo que está a favor de las dos vidas».
«No es que toda Argentina esté a favor del aborto», justificó Millain, quien destacó que aquel que está en contra de la Ley puede, con su firma, demostrar su apoyo al pañuelo celeste sin la necesidad de vestirlo.
Durante todo julio tendrán lugar siete reuniones con una lista inicial de 56 expositores propuestos por los presidentes de las tres comisiones, Mario Fiad (Salud), Pedro Guastavino (Justicia y Asuntos Penales) y Dalmacio Mera (Asuntos Constitucionales), mientras que los bloques podrán proponer a otros participantes.
Como hicieron cada martes durante las sesiones de la Cámara de Diputados, numerosas pañoletas verdes acompañan las reivindicaciones del movimiento favorable a la aprobación de la Ley, que se sitúa en la parte derecha de la entrada del Congreso.
«Estamos con optimismo pero sin confiarnos porque sabemos que hay muchos intereses que están en juego», remarcó Fernanda González, coordinadora en la ciudad de Buenos Aires de la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá).
El movimiento proabortista volvió a alzar su voz este martes con más «optimismo» que hace unos meses, bajo su punto de vista, tras la aprobación de la media sanción en Diputados.
«Ellos se empiezan a manifestar porque un factor de cambio es la movilización popular, nos encontraremos en paz, porque nosotras no vamos a caer en situaciones de violencia pero sí hay una confrontación de ideas fuerte», alegó.
Para la coordinadora, las organizaciones contrarias a la legalización del aborto comienzan a ver cómo la calle fue un factor «fundamental a la hora de la decisión de los diputados», como aseveró, y es por eso por lo que la plaza del Congreso se divide de nuevo.
«La campaña por el derecho a decidir, que es la consigna del pañuelo, tiene más de trece años de conformación, no se conformó hace un mes o unos días», dijo González, y añadió que junto al pañuelo verde hay «siete años de proyectos y un recorrido distinto» al celeste.
Sin embargo, un nuevo color se asomó este martes entre ambos colectivos, aunque tuvo visibilidad en el lado proabortista, un pañuelo naranja que reivindica la separación de la Iglesia y el Estado, algo que tendrá un análisis «más adelante» para González, ya que enfatizó que no se ha de perder la vista de la batalla que ahora les congrega.
EFE