Sacar a los niños de las calles del Táchira se propone Karem Durán de Bernal

Ante la presencia de niños, niñas y adolescentes en las calles de San Cristóbal y de diversos municipios del Táchira trabajando o pidiendo dinero, la primera Dama de la entidad, Karem Durán de Bernal, diseñó un plan de trabajo para retirarlos de estos escenarios que vulneran sus derechos. La primera jornada fue realizada en la capital tachirense

En agosto la Primera Dama realizó una jornada en las calles de San Cristóbal para retirar a los menores de edad que se encontraban trabajando. Foto cortesía Karem de Bernal

La presencia de niños en las calles de San Cristóbal limpiando vidrios en los semáforos y pidiendo dinero, ha sido un tema de debate y críticas en las organizaciones defensoras de derechos humanos, que han visto cómo este fenómeno se repite no sólo en otros municipios del estado Táchira, sino también del país, sin que exista una política de Estado que enfrente esta situación.

Diario de Los Andes realizó una entrevista a la primera Dama de la entidad, Karem Durán de Bernal, quien en agosto de 2022 realizó una jornada junto a organismos de seguridad y de protección del niño, niña y adolescente, en las calles de la ciudad de San Cristóbal, para retirar a los menores de edad que se encontraban trabajando.

Esta acción va de la mano con un plan que busca extender a varios municipios de la entidad, con el fin de conocer desde el núcleo familiar qué está sucediendo, porqué el niño sale a trabajar y de qué manera se les pueden dar herramientas para evitar este tipo de acciones que los pone en peligro.

En este punto entra en juego la constitución de los consejos de protección en los diferentes municipios de la geografía tachirense, la incorporación de nuevos consejeros a los que ya están constituidos, y la formación de efectivos de seguridad más sensibles y comprometidos. Un trabajo que está consciente no es fácil, pero que considera es momento de realizar para evitar que los más pequeños continúen en riesgo.

En las jornadas de recuperación de los menores de edad también asisten funcionarios de la Policía del Táchira y de la Policía Nacional Bolivariana. Foto cortesía

Coméntenos del programa que usted inició para rescatar a niños que tenían varios meses trabajando en las calles de la ciudad de San Cristóbal.  

 

-Es un plan que hemos venido trabajando con un equipo interdisciplinario que ha permitido consolidar un plan en defensa de nuestros niños, niñas y adolescentes, además de que también hemos venido trabajando en los diferentes municipios, fortaleciendo el Sistema de Protección, para acobijar de alguna manera a estos niños que están vulnerables de sus derechos.

El plan lo iniciamos en San Cristóbal con 10 comisiones, las cuales las dividimos en 10 avenidas, donde fuimos con las consejeras de protección, con el funcionario policial, donde además estaban las trabajadoras sociales, las psicólogas, la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y otras instituciones que ayudaron.

Fue fácil porque a los niños los abordamos de una manera sutil, lo conversamos, les hablamos, les dijimos que nos dieran la oportunidad de escucharlos en otro espacio y así fue, hicimos una jornada en Politáchira con atención de salud, de odontología, de peluquería. Le hicimos un trabajo psicológico no solamente al niño, sino a la familia, a la mamá que iba a buscar a su hijo, su papá.

Hubo mamás que no fueron y a esos niños los llevamos a sus casas, hablamos con los papás, se han ido caracterizando cada uno de los casos. Ha sido un trabajo bonito, formativo, de darle herramientas a cada una de esas familias, entendiendo que eso no es lo normal, que su derecho como niño es la recreación, la alimentación, el estudiar, el tener una vida sana. Dándole a entender a sus papás que es su responsabilidad, que es parte del valor, del crecimiento, que hay que fortalecer a nuestros hijos para que tengan un proyecto de vida.

Una vez los menores de edad son recuperados, reciben asistencia médica y psicológica. Foto cortesía.

¿Son jóvenes de San Cristóbal?, ¿hay de otros municipios, de otros estados?

Hay de otros estados. Vimos niños de Valencia, niños de Maracay, niños de Apure, también tenemos de Torbes, de Junín. Hay de otros municipios, que incluso tienen hasta horarios, momentos donde ellos se colocan en una zona o tal avenida. Ellos tienen una coordinación entre ellos, una organización entre los niños, porque terminan siendo hermanos de la vida, de la calle, porque así incluso lo denominan.

Entre las entrevistas con las mamás hay muchos factores que llevan a eso. No tenemos que juzgar, no tenemos que señalar, creo que es momento de construir, de fortalecer, de aportar, de añadir, creo que eso es importante, porque a veces juzgamos, pero hay que orientarlas, trabajar mucho lo que tiene que ver con la autoestima, trabajar mucho con el reconocimiento, con el amor propio, cómo eres tu como persona y cómo te visualizas.

Viene una fase formativa, una fase de orientación, una fase de cúmulos de oportunidades, como te dije no es un trabajo fácil, porque a pesar de que las instituciones están resquebrajadas tenemos un valor humano importante, un valor de sentido de pertenencia, de rescatar. Hay personas dentro de nuestras instituciones que están comprometidas con este proyecto.

No todos los niños que trabajan en las calles del estado son del Táchira, hay de diversos estados. Foto cortesía.

 ¿Son madres que trabajan o solamente trabajan los niños?

-Nos conseguimos varios casos. Casos donde mamás mandan a los hijos y están en las casas, esperan, como otras que dicen, también necesito trabajar, tenemos que trabajar los dos porque no puedo vivir, tengo cinco hijos. También nos conseguimos mamás donde los hijos no son de su esposo y entonces hay otro factor que influye. Nos conseguimos una vertiente y una característica en cada uno de los casos que hemos revisado.

Hay un caso de una mamá en la que el niño decía que tenía que trabajar para comprarse sus cosas porque la mamá no puede. Una mamá joven de 31 años con tres hijos, un niño que convulsiona, el primer hijo está en drogas.

Es importante que estén escolarizados, que estudien. Hay niños de 14 y 16 años que definitivamente no quieren estudiar porque están desde muy pequeños, tienen años en la calle sin ningún tipo de orientación, sin embargo, ahí estaba el Ince conversando para ver si hacían algún taller de mecánica, de electrónica, de barbería, de lo que ellos pudieran desarrollar bajo sus talentos. Tenemos dibujantes, un talento increíble, innato. Hay unos que lo aceptaron, hay otros que no quieren, simplemente quieren estar en la calle, entonces es un trabajo complejo, de hormiguita, de constancia, de no abandonar y de brindarle ese abanico de oportunidades que quizás pudieran tener.

A mí me gustaría que las empresas privadas también se unieran y de repente le dieran la oportunidad a un muchacho de estos a incorporarse en el campo laboral, creo que sería fabuloso, sería importante, que ellos vean que a través de un trabajo digno pueden solucionar sus necesidades bajo las oportunidades que podemos brindar nosotros como Estado y la empresa privada que también juega un papel fundamental.

 

En el caso de los niños que eran de otros estados ¿sus familiares estaban aquí o en otros estados?

-Son niños que las familias se vinieron, unos que se quedaron en otros estados, como hay otros que las familias vinieron y se quedaron en un sitio determinado, entonces ya es como lo normal, para la familia y para ellos, estar en esa condición y que el niño trabaje porque es parte de su responsabilidad. No lo ven como que sea malo, sino como una obligación.

 

¿Hay niños solos?

-No solos, pero casi solos, porque si la mamá se fue, pues prácticamente es la familia muy disfuncional. La mamá se fue para Colombia, se fue para Chile, se fue para otro país, lo dejó con una vecina.

Yo estoy recibiendo todas las denuncias. Hasta ahora hemos asumido bastantes casos que quizás no doy a la luz pública, pero estamos trabajando, estamos atendiendo. Yo trato que la casa de abrigo sea lo último, porque creo que ese no es el sentido. El sentido no es tampoco agarrar a un niño que está trabajando en calle, que hace vida en la calle, llevarlo a una casa de abrigo. Tenemos que tocar esa fibra familiar y darle esas herramientas. Tratar de ver, si es algo ya consecuente nosotros tomaremos otras medidas, porque además la Lopnna también es muy explícita, nuestra Constitución.

Allí se sumaron los diputados, el Ministerio Público, el Clet, la Fundación del Niño, la Defensoría, los Consejeros de Protección, Inamujer, Intamujer, Corposalud, el Saime, el Ince, Politáchira, PNB, entre otras instituciones.

 

¿Cuáles son las edades de los niños que encontraron trabajando en las calles?

-Tenemos niños de 8 años hasta 17 años, varios niños. Hubo niños, que se fugó la información, que no estuvieron ese día allí. Hubo otros niños que se quedaron. Había niñas, pocas, pero habían.

 

¿Y ahora?, ustedes hicieron el trabajo de recogerlos, pero después de eso qué, ¿cómo hacer que ese niño no vuelva a la calle? Que no se vea en la necesidad de buscar un trabajo.

-Es muy complejo, tenemos ahí todavía una familia, una sociedad muy disfuncional, sin embargo, por eso es que he insistido tanto con el fortalecimiento de las consejeras de protección. ¿Por qué? Porque ellas son las que nos van a apoyar en todo este proceso, ellas son las que de alguna manera caracterizan, y ellas son las que de alguna manera llegan a esa familia, y hacen ese trabajo bajo un esquema, bajo un formato, bajo lo que dice la ley, bajo lo que dice la Constitución, y bajo una organización y planificación que hemos venido trabajando.

Hay que insistir, persistir, no bajar la guardia, y por supuesto se vendrán situaciones. Nosotros hemos hecho un rol de guardia donde los funcionarios hacen un monitoreo y a las consejeras de protección ya les toca un cronograma por día. El funcionario llama porque el funcionario no aborda al niño, sólo por ejemplo la Brigada Social con la licenciada Lisbeth Reaño, quien se acerca porque además es mujer.

El funcionario lo que hace es notificar para que la consejera vaya y con su tacto, con su amabilidad, con su manera de trabajar, con esa formación que además ellos lo hacen constante, pues permiten de alguna manera aligerar ese trabajo y hacerlo más amable, más cordial, porque además son niños.

Sistema de Protección del Niño, Niña y Adolescente, Defensoría del Pueblo y Ministerio Público acompañan las jornadas. Foto cortesía.

Usted tiene pocos meses en su gestión, pero tenemos años viendo a niños en las calles trabajando, ¿qué pasaba con los Consejos de Protección?, ¿no estaban funcionando de manera adecuada?

 

-Vimos que había un sistema que no estaba fortalecido, vimos que había muchas debilidades, vimos que muchos alcaldes tenían desconocimiento. ¿Qué estoy haciendo yo?, está yendo la defensora, la fiscal, se reúnen con los alcaldes, les mandamos la Lopnna de regalo, yo les doy un mensaje, se los escribo. Les damos la importancia de porqué nosotros debemos tener en los 29 municipios las consejeras de protección, porque eso nos va a permitir a nosotros avanzar en todos estos temas.

Había desconocimiento, había una apatía, pero ahorita hay mucha disposición. No es un tema de color, no es un tema de la posición política, no es un tema de quién está, de quién no está. Aquí hemos trabajado en la integración, hemos trabajado en la unidad.

 

¿En la zona de frontera qué encontraron?, por ejemplo, en San Antonio del Táchira que es uno de los puntos más álgidos

-En San Antonio he tenido varias reuniones… Allí quería meterme un poco con el tema de la trata de personas, pero ahora la trata no es como estábamos acostumbrados, y quizás ya los términos han ido cambiando. Ya hay organizaciones, empresas, instituciones, donde tienen una cara corporativa. Ahí hay un trabajo que hay que hacer de inteligencia, que hay que hacer con los funcionarios, un trabajo más de fondo para ir desarticulando todas estas instituciones que además es la que permite hacer todo tipo de cosas con nuestros niños, niñas y adolescentes, sobre todo.

Aunque en menos cantidad, las niñas también forman parte de la población infantil que trabaja en las calles. Foto cortesía

Nosotros hicimos una investigación en la que descubrimos que niños venezolanos estaban siendo usados por redes de trata que operan en Colombia, para arrastrar a otros niños, niñas y adolescentes venezolanos y llevarlos bajo engaño a otros países de América Latina, Estados Unidos y Europa. En la investigación descubrimos que en la ruta hacia la frontera corren muchos riesgos porque hay funcionarios en las alcabalas que son cómplices de esos grupos. Su línea es la frontera, pero ¿han pensado emprender alguna campaña con los funcionarios en las alcabalas?

 

Nosotros hemos emprendido un plan de formación para nuestros funcionarios, hemos tenido varias reuniones, nosotros nos hemos sentado en la mesa. Te puedo decir que tenemos funcionarios un poco más sensibles, por lo menos aquí en el estado. Todavía tenemos muchas debilidades, es la realidad, sin embargo, se está trabajando… En el camino vamos viendo, hay un trabajo de fondo, un trabajo de observación, un trabajo que va más allá, que se va dando con el día a día.

Lee también. Niños Arrastradores el anzuelo de las redes de trata. 

https://www.connectas.org/especiales/arrastradores-ninos-complices-de-trata/

 

Durante las jornadas los niños son alimentados y atendidos medicamente. Foto cortesía
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