La basura, maleza, el colapso de aguas negras y la ausencia de alumbrado público, más la inseguridad reinante debido a una ineficaz vigilancia policial, son parte de los problemas que enfrentan quienes hacen vida diaria en la Zona Industrial de Valera, un lugar que debería ser fuente de desarrollo y progreso pero que luce completamente abandonado
Cuentan viejas crónicas que alguna vez la Zona Industrial Carmen Sánchez de Jelambi fue un orgullo para la ciudad de Valera, donde decenas de florecientes desarrollos manufactureros, de distribución mayorista y de prestación de servicios especializados, convivían en un organizado parcelamiento, con óptimo trazado vial en excelentes condiciones y todos los servicios necesarios para la actividad económica.
Hoy sólo queda un triste recuerdo del otrora ejemplar conglomerado empresarial. A la cantidad de galpones cerrados o abandonados producto de la aguda crisis económica que golpea fundamentalmente al sector industrial, se suma el avanzado deterioro de la vialidad, aceras, áreas verdes y el prácticamente inexistente mobiliario urbano. Pero eso no queda ahí, la inmundicia a causa de la acumulación de basura y desperdicios la tiene hecha un asco.
Diversas administraciones municipales han pasado, pero ninguna ha promovido cambios sustanciales que repercutan en una mejora sustancial de esta Zona Industrial, donde sobreviven algunas de las grandes empresas que quedan en el estado.
Ayer el equipo reporteril del DLA realizó un recorrido por este sector de San Luis y pudo observar como montañas de basura se apoderan de ella, que han colapsado el sector y que pueden desprender en una epidemia.
La Zona Industrial es el reflejo de lo que se ha convertido la urbe de Mercedes Díaz, ciudad que por infinidades de motivos ya expuestos en reiteradas oportunidades, se ha acostumbrado a convivir con un sinnúmero de problemas entre ellos y uno de los más graves, la basura, ya que no se percibe aún, un verdadero plan para devolverle la limpieza, el esplendor y el verdor que una vez tuvo la ciudad de las Siete Colinas. La desidia se consume a la urbe que recientemente “celebró” 198 años de fundada, sumergida en una profunda crisis colectiva.
Reina la inseguridad
Si el caso de la basura atenta contra el parque industrial y quienes habitan en este lugar, no menos problemático se torna la inseguridad que en este apartado de Valera se vive a diario. Hay muy poca vigilancia. La falta de luminarias en funcionamiento hace que los trabajadores y habitantes se vean indefensos y desprotegidos en horas nocturnas.
Cabe recordar que por las vías de la Zona Industrial circulan diariamente vehículos pesados de transporte de carga, que surten de insumos a las empresas al tiempo que recogen los productos que allí se elaboran, además de unidades de transporte público, que movilizan a la fuerza de trabajo que hace vida en el lugar. Además a un costado está ubicado el sector Los Manguitos de San Luis parte baja donde sus habitantes igualmente se sienten afectados.
A unir esfuerzos
El llamado urgente es a las autoridades municipales para que se aboquen en buscar una pronta solución a estos problemas que hoy atraviesa la Zona Industrial.
Este llamado de atención va también para la Asociación de Comerciantes e Industriales de Valera, y demás instancias preocupadas por el desarrollo económico de la capital comercial de Trujillo para que unan esfuerzos desde las autoridades competentes por cambiar la desoladora situación del parque industrial valerano.