Rufo Chacón se dirigió a la Alta comisionada para los Derechos Humanos Michelle Bachelet para que vea como quedó él después de ir a exigir gas en una protesta pacífica.
«Esto lo que se ve aquí es la represión en mi país Venezuela, es lo que puede ocurrir solamente por exigir un derecho básico», dijo Rufo mostrando las cavidades oculares de sus ojos al levantar los lentes oscuros que las cubren.
Denunció el joven que sus familiares sufren constantes amenazas en un intento de callarlos.
Adriana Parada, mamá de Rufo, invitó al Fiscal General de República designado por Nicolás Maduro, Tareck William Saab a que vea el acto conclusivo que presentaron sus fiscales ante el juez. Señaló que no individualizan cómo participó cada policía en los delitos, creando una confusión en el escrito.
«Quedaron como que los dos policías hubiesen accionado el arma para crear dudas al juez, para dejar delitos más leves con penas más bajas. Los delitos que quedaron fueron los que solicitaron los abogados del Foro Penal que nos representa», señaló Parada.
Después de 14 meses, en el Circuito Judicial del estado Táchira no han asignado el número de tribunal del juicio a quien le corresponde conocer el caso de Rufo Chacón, alegó Adriana.
«El Fiscal no puede decir que en el caso de mi hijo existe justicia porque justicia pendiente no es justicia; es mentira que el estado venezolano apoya a mi hijo. Quienes apoyan a mi hijo es el pueblo y sus padrinos que están todas partes de Venezuela y otros países», expresó la mamá del muchacho.
Victimarios recluidos en su sitio de trabajo
Adriana Parada recordó al Fiscal que los policías que causaron daño a Rufo están recluidos en la Policía del Estado Táchira, la misma sede donde laboraban desde hace más de 20 años.
«Dónde está la justicia que no la veo, no hable de derechos humanos ni venga mentirle al pueblo que a mi hijo le hizo justicia porque esos policías gozan de privilegios en la Policía del estado Táchira», argumentó Adriana.
Recordó que cuando ocurrieron los hechos ella y su hijo se estaban pronunciando en vista que tenían seis meses sin gas y llegaron los efectivos policiales sin mediar palabras, y comenzaron a disparar.
Se preguntó la madre de Rufo dónde están las demás personas a las que también les dispararon, en vista que el tribunal solo llamó a su hijo.
«Cada vez que yo salgo a denunciar el caso de mi hijo recibo amenazas», aseveró.
Refirió que hace días Rufo estuvo enfermo con una infección en sus ojos y no tenían ni para comprarle una pastilla.
Rufo Chacón todavía tiene 52 perdigones en sus rostro y necesita el retiro de las próstesis de sus ojos que deben ser sustituidas por unas prótesis que fábrica el médico Miguel Salinas en España, con el propósito de que no pierda la movilidad de la cavidad ocular.
Es por ello que su familia exige también al estado venezolano que indemnice a Rufo Chacón, con el propósito de que él pueda continuar sus tratamientos, pues mantienen la esperanza que algún día pueda volver a ver aunque sea por un solo ojo.