Los reyes de España no esperaron el momento fijado en su agenda inicial para recorrer las calles de la Habana Vieja y, en un hueco de su primera jornada en la capital cubana, aprovecharon para dar un paseo por ellas.
No era hasta el miércoles cuando estaba previsto que conocieran los lugares más emblemáticos del centro de La Habana acompañados por autoridades locales.
Pero tras finalizar los actos de sus agendas matinales paralelas del martes (el rey se reunió con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, cuya esposa acompañó a la reina en una visita a una escuela taller) se citaron en un punto de la ciudad y, tomados de la mano, llegaron a la plaza de la Catedral.
Una visita improvisada que motivó una gran expectación tanto entre los turistas, algunos de ellos españoles que en esos momentos se encontraban en la plaza, como entre los cubanos que lanzaron algunos vivas al rey y a la reina.
Felipe VI y doña Letizia cambiaron la indumentaria que lucieron a primera hora de la mañana cuando fueron recibidos por el presidente cubano, Miguel Díaz -Canel, en la sede del Consejo de Estado.
El rey trocó la chaqueta y corbata por una guayabera azul, y la reina usó un vestido distinto y un calzado más cómodo para andar por las calles adoquinadas.
Los reyes, que utilizaron gafas de sol en algunos momentos del paseo, accedieron al interior de la Catedral, contemplaron desde el centro de la plaza los edificios que la rodean y entraron también en otros como el Palacio del Marqués de Arcos, construcción de mediados del siglo XVIII que alberga el Liceo Artístico Literario.