Eduardo Viloria/DLA
Se ha notado un retroceso en la aplicación del Decreto de Guerra económica que comenzó a aplicarse el pasado 4 de junio, cuando el Alcalde de Rafael Rangel y sus empleados de confianza, efectivos policiales y de la Guardia Nacional, así como funcionarios del Sundde tomaron las calles para combatir la especulación, principalmente con la carne, el queso y otros artículos de consumo masivo.
En los días posteriores al 4 de junio se observó el cierre de de ciertos comercios, para no darle cumplimiento a la normativa de ganancia en los artículos tal como señala el decreto en cuestión, sin embargo se dice que hubo acuerdo entre los que especulan y los funcionarios encargados de aplicar el decreto, pues la carne volvió a las neveras y a los mostradores pero con un precio nunca visto, por ejemplo un kilo de costilla estaba ayer a 3 mil 800 bolívares, imposible de adquirir estaba también el hígado y la carne molida, producto ultimo que como su nombre lo dice carne molida, pero generalmente el carnicero se aprovecha y le agrega todo tipo de desechos cárnicos.
En cuanto a los verdureros, el decreto señala que el expendedor de alimentos deberá colocar en un lugar visible una tabla con el costo del producto en Bolívares fuertes y Bolívares soberanos, lo cual no se ha cumplido en ningún momento, esto con la complicidad de los encargados de darle cumplimiento al decreto de Guerra Económica, tanto de la Gobernación como de la Alcaldía.
En las verduras sigue la especulación pues un kilo de papas esta por los 800 bolívares, los tomates no se pueden adquirir menos el cebollín la cebolla y el cilantro, donde hay que pagarlo a precio de especulación. Estos expendios están en plena calle, a escasos metros de la PNB, cuerpo que no hace por los consumidores.
En la calle del hambre, avenida 5 calles 23 y 24, de Betijoque es donde han llegado los funcionarios encargados de darle cumplimiento al decreto, sin embargo no han llegado a las bodegas que existen en todo el poblado, que es donde más se especula, esto según lo dijeron vecinos del desarrollo habitacional Rafael Álvarez Torres, al periodista, donde un kilo de harina precocida está costando hasta un millón de bolívares, mientras que el azúcar esta en 400 bolívares el kilo, esto por nombrar solo dos artículos, sin nombrar el café, las pastas, el atún, las sardinas y otros.