Carolina Jaimes Branger
Mi querido Fer,
Hoy me siento a escribirte una carta que jamás pensé que escribiría… tengo el corazón lleno de tristeza, y como dije en el post que puse en Instagram el día que te fuiste, sigo sintiendo que me faltan palabras y me sobran lágrimas. Tu partida repentina nos ha dejado a todos con una enorme sensación de vacío, y es que significabas mucho para todos los que te conocimos y te quisimos.
Quiero agradecerte por todos los momentos gratos compartidos. Por las largas conversas, las carcajadas y por tus comentarios inteligentes y mordaces. Agradezco también tu apoyo en todas mis actividades, pero particularmente, quiero darte las gracias por la luz que trajiste a la vida de mi hija Tuti. La conexión tan especial que desarrollaste con ella fue verdaderamente admirable. Te autoproclamaste “presidente de su club de fans”, y no lo decías en tono de broma, todos sabíamos que había una profunda verdad en tus palabras. Te entregaste con generosidad a hacerla sentirse importante, feliz, acompañada. Las idas al cine y al teatro, a conciertos, las comidas compartidas y los juegos que hacías con ella, la hicieron sentirse valorada y comprendida. Cada momento que compartiste con Tuti fue un regalo, y ella siempre recordará tu risa, tu compañía y tu calidez. Ya Antonio, tu hermano de vida, la acompañó a que buscara tu estrella. Sí, ya eres una estrella en su cielo, otra estrella de las personas a quienes ella quiso entrañablemente. Aunque es lindo pensar que eres una estrella, te aseguro que todos hubiéramos preferido que esto pasara mucho más adelante. ¡Te fuiste cuando tenías todavía tanto que dar y compartir!
Tu espíritu amable y tu buena disposición dejan una huella que perdurará en nuestros corazones. Hubieras disfrutado mucho de tu entierro, querido Fer: lleno de gente que te quiso, con una foto tuya espectacular, flores por todas partes y cantos de nuestro Sistema de Orquestas y Coros, del que fuiste un entusiasta embajador. Reventaste las redes: has debido ser tendencia mundial. Te dedicaron palabras preciosas: ¡qué hermoso dejar esos recuerdos!
Es difícil pensar que el futuro seguirá sin ti… Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas al escribir esto… Sin embargo, sabemos que tu legado de amor y alegría seguirá vivo en todos nosotros. En cada risa de Tuti, en cada recuerdo divertido que compartimos contigo y en las historias que contaremos sobre el magnífico amigo que fuiste.
Gracias, Fer, por haber sido una persona tan increíble y por haber tocado nuestras vidas de una manera tan profunda. Te extrañaremos más de lo que las palabras pueden expresar, y siempre llevaremos tu memoria en el corazón. Como dijo mi hermano Ricardo parafraseando a mi mamá: “¿Cómo no voy a querer a quien quiere a los míos?”.
Va un abrazo especial a tu Quino, a mi cuñado Antonio, a Adriana, a Tachy y a María Elena.
Con cariño y gratitud,
Carolina