Reconversión del bolívar desata la especulación

Las calles del hambre y la especulación

 

Eduardo Viloria/DLA.- La tan anunciada reconversión que le quita seis ceros al bolívar, ha servido para que se desate una especulación jamás vista, que como siempre castiga  a los que menos capacidad económica tienen, por depender de un sueldo devaluado, igual el subempleado y el   que vive prácticamente de la nada, de trabajar el día a día, para conseguir el sustento del hogar.

Los artículos de consumo masivo han variado sustancialmente de precio con esta reconversión – tercera- que según los expertos llega con un porcentaje de más de 20 millones, cifras manejadas por los expertos y  diversos portales internacionales especializados en la materia.

Este 1º de octubre no se podía comprar pollo, ni carne, ni queso, pues el aumento de que fueron objeto estos importantes rubros, los que más se consumen, los colocaba por ejemplo de 15 millones la carne en 20 millones, o sea 20 bolívares de los nuevos,  devaluados, que buscaba sacarle más dinero al consumidor, todo ante la indiferencia de los señores del sector oficial, que al hacer los anuncios no ponían en práctica la medida, que combatiera la tragedia anunciada,  no preocupándose por controlar la especulación, pues no existe una autoridad que ponga coto a esta tamaña irresponsabilidad, esquilmar al consumidor que se resigna a comprar lo que le venden, que no chista, muchas veces por el conformismo que ahora acompaña a los venezolanos, pues le ha llegado un bono, como para que se haga el desentendido con la especulación desatada en todos los ámbitos principalmente con los artículos que todos los días se consumen, los alimentos.

De nada valen las protestas, pues el comerciante espera paciente la decisión de si lo toma o lo deja, decidiendo generalmente el cliente por tomar lo que ha apartado,  cuando visita los estantes del comercio y ha escogido los productos que hacen falta en el hogar.

En Rafael Rangel por ejemplo hasta los plátanos y los cambures subieron de precio, no obstante que hay zonas productoras cerca.

Esta especulación pareja se da en todos los municipios  que han crecido bajo el área de influencia de la carretera panamericana, como Miranda, Sucre, Bolívar, La Ceiba y Monte Carmelo.

Nadie se iba a imaginar que un caramelo costaría 0,50 de bolívares que es el equivalente a medio millón de bolívares, sucediendo igual con otros rubros utilizados en la merienda diaria del hogar, como el pan los biscochos y las sabrosas roscas, tal como lo dijo el sindicalista Mauro Rojas.

Con esta reconversión de la moneda venezolana, queda comprobado que el dólar, la moneda americana es la que manda, lo que una vez más deja  sin efecto el artículo 318, de la sección tercera, de la Constitución  de la República Bolivariana de Venezuela, relacionada con el Sistema Monetario Nacional.

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