Algo similar le pasó a Garbiñe Muguruza, dueña de dos grandes títulos y ex número uno. En sus primeras cuatro actuaciones en Nueva York, la hispano-venezolana perdió dos veces en la primera ronda y otras dos en la segunda
Rafael Nadal inició la defensa del título con un amargo deber: despedir del tenis a un amigo y compatriota. Nadal sorteó su primer examen en el Abierto de Estados Unidos la noche del lunes cuando David Ferrer abandonó durante el segundo set por una lesión en el gemelo izquierdo. Fue el punto final de la carrera de Ferrer. El español alcanzó el mejor ranking de su carrera cuando escaló al tercer lugar en 2013, el mismo año que perdió ante Nadal en la final de Roland Garros.
«Este es el último Grand Slam de mi carrera», dijo Ferrer en la entrevista a pie de cancha en el estadio Arthur Ashe.
«Muchísimas gracias, los voy a echar mucho de menos». Y no fue hasta el último de sus 208 partidos de Grand Slam en el que Ferrer se retiró por lesión. Había perdido 6-3 el primer set y aventajaba 4-3 en el segundo. «No quiero dramatizar por eso», dijo Ferrer. «No me va a empañar la carrera». Su plan por el resto del año es descansar para disputar una última gira en la primera mitad de la temporada por torneos que atesora, como el de Buenos Aires, que ganó tres veces, y cerrar en Barcelona y Madrid.
Se podría argumentar que Ferrer debió haber ganado títulos de Grand Slam. Pero le tocó jugar en la era de los Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic. «Tampoco tuvo suerte en la época que ha convivido», dijo Nadal, el actual número uno del mundo y ganador de 17 títulos en las grandes citas. «Hizo todo lo que pudo para llegar lo más alto posible».
Para el argentino Juan Martín del Potro, Ferrer no ganó Roland Garros varias veces por culpa de Nadal. «Si no, hubiera conseguido varios títulos en París», remarcó. El campeón del US Open de 2009 también rindió tributo a Ferrer tras debutar con una victoria 6-0, 6-3, 6-4 sobre el estadounidense Donald Young.
Del Potro apenas precisó de una hora y 44 minutos para avanzar a la segunda ronda, donde se medirá con el estadounidense Dennis Kudla. «Nunca es fácil comenzar en un Grand Slam», dijo Del Potro. «Aquí tengo altas expectativas porque es mi torneo favorito. Hay que ir en calma».
Del Potro y Nadal son jugadores que disfrutan con el ambiente de Nueva York, con todo el bullicio y espectáculo que acompaña al último grande de la temporada. Pero hay tenistas que la pasan mal. Pueden preguntarle a Simona Halep: la número del ranking femenino se convirtió en la primera mujer con la máxima preclasificación que sucumbe en su debut en el torneo en la era profesional.
Halep, quien este año conquistó su primer título de Grand Slam al consagrarse en el Abierto de Francia en junio, perdió sin atenuantes por 6-2, 6-4 ante la estonia Kaia Kanepi, número 44 del ranking mundial. «Siempre me traicionan los nervios», dijo Halep, quien el año pasado también se despidió de Nueva York tras el primer acto ante Maria Sharapova. Es algo habitual aunque sorprendente en la carrera de la rumana: perdió en su primer partido en 12 de 34 presentaciones en las grandes citas. «Pese a que estás en la cima, vas a sentirse nerviosa como todas. Eres humana», justificó. Otra explicación que dio fue el entorno que rodea al certamen. «Quizás sea el ruido. Es una ciudad agitada. Todo se conjuga», señaló Halep, quien venía de alcanzar finales en Cincinnati y Montreal, los dos torneos más importantes que se juegan en cancha dura antes del US Open. «Soy una persona quieta y acostumbrada a lugares más pequeños».
Algo similar le pasó a Garbiñe Muguruza, dueña de dos grandes títulos y ex número uno. En sus primeras cuatro actuaciones en Nueva York, la hispano-venezolana perdió dos veces en la primera ronda y otras dos en la segunda. No fue hasta el año pasado que logró alcanzar los octavos de final. «Trato de no pasar mucho tiempo afuera. Hay mucha gente, mucho ruido», dijo Muguruza (12da preclasificada) tras despachar 6-3, 6-0 a la china Shuai Zhang. «Prefiero no salir a caminar por la ciudad. A veces siento que si no camino, la gente me va a pasar por encima».
Todo lo contrario para Kanepi, quien alcanzó los cuartos de final en Flushing Meadows el año pasado. «Las canchas me benefician y me encanta Nueva York», afirmó. «Me gusta el clima: húmedo y caliente». El Halep-Kanepi fue el primer partido en el reconstruido estadio Louis Armstrong, ahora con capacidad para 14.000 espectadores sentados y un techo retráctil que no fue necesario en esta primera jornada. En cambio, faltó algo que aliviara los 33 grados centígrados (90 F).
Un año después de dar a luz a una niña, Serena Williams regresó al Grand Slam de su país y venció 6-4, 6-0 a la polaca Magda Linette. También salieron airosas su hermana mayor, Venus, y la campeona defensora, Sloane Stephens.
En otro par de regresos, los excampeones Andy Murray y Stan Wawrinka solventaron sus debuts con victorias. Murray venció 6-7 (5), 6-3, 7-5, 6-3 al australiano James Duckworth.
Para el escocés y exnúmero uno del mundo, fue su primera participación en un major desde Wimbledon en 2017. Murray, actualmente en el puesto 382 del ranking, podría cruzarse con Del Potro en la tercera ronda.
Wawrinka, campeón del US Open 2016, se impuso 6-3, 6-2, 7-5 a Grigor Dimitrov (8). Wawrinka, quien no pudo defender su título el año pasado tras dos cirugías de rodilla, también eliminó al búlgaro en la primera ronda de Wimbledon.
El chileno Nicolás Jarry y el argentino Guido Pella sortearon sus debuts. Jarry, quien inició la semana con el mejor ranking de su carrera al situarse como número 42, dio cuenta 7-6 (4), 4-6, 6-1, 7-5 del alemán Peter Gojowczyk. Pella derrotó 6-4, 6-4, 6-1 al noruego Casper Ruud. Los argentinos Guido Andreozzi y Carlos Berlocq tuvieron debut y despedida al caer ante el estadounidense Jack Sock (18) y el canadiense Milos Raonic (25), respectivamente.
Con Información: AP