Washington, 12 ene (EFE).- El secretario de Estado saliente de EE.UU., Mike Pompeo, acusó este martes a Irán de ser «la nueva sede central» de Al Qaeda y mantener vínculos estrechos con el grupo terrorista, en un intento de reforzar la presión a Teherán una semana antes de que el presidente Donald Trump abandone el poder.
Pompeo no aportó pruebas de sus acusaciones, pero aseguró que la república islámica se ha convertido en un refugio más importante que Afganistán para los terroristas de Al Qaeda, algo que Teherán ha negado y que algunos expertos en inteligencia consideran dudoso.
«Para Al Qaeda, Irán es su nueva sede central. Teherán da refugio a los líderes más importantes del grupo terrorista mientras planean ataques contra Estados Unidos y nuestros aliados», indicó Pompeo en un comunicado.
En un discurso poco antes, el jefe de la diplomacia estadounidense definió esa presunta alianza como «una fuerza masiva para el mal en todo el mundo» y pidió aumentar la presión internacional a Teherán, aunque no llegó a defender una vía militar.
«Si eligiéramos usar esa opción, sería mucho más arriesgado ejecutarla», dijo Pompeo en su discurso ante el National Press Club, en Washington.
Pompeo anunció sanciones contra cinco terroristas de Al Qaeda que supuestamente operan desde Irán o sus alrededores, además de una recompensa de 7 millones de dólares por información que lleve a la captura de un líder de ese grupo que opera supuestamente desde el país persa, Mohamed Abbatay, también conocido como Abdelramán al Maghrebi.
El pasado noviembre, el diario The New York Times aseguró que el número dos de Al Qaeda había sido asesinado en Irán, algo que las autoridades iraníes negaron enérgicamente.
Según el periódico neoyorquino, que citaba fuentes de inteligencia, ese líder -llamado Abdullah Ahmed Abdullah y que usaba el nombre de guerra de Abu Muhammad al Masri- fue asesinado a tiros en agosto en Teherán por operativos israelíes que actuaban a instancias de Estados Unidos.
Sin embargo, el Estado chií de Irán tiene una ideología opuesta al extremismo suní de Al Qaeda, y lo ha combatido en varios frentes de batalla.
Algunos expertos en inteligencia recordaron que el Gobierno de George W. Bush (2001-2009) también intentó trazar lazos entre sus dos enemigos -Irán y Al Qaeda- tras los atentados terroristas de 2001, pero esas denuncias quedaron desacreditadas.
Cuando el New York Times informó de la muerte de Al Masri, algunos expertos en terrorismo especularon con la posibilidad de que Irán hubiera accedido a albergar a terroristas de Al Qaeda a cambio de garantías de que no atacarían su territorio.
En noviembre, Irán negó categóricamente que Al Masri hubiera estado en su territorio y tachó las informaciones de «mentiras intencionadas de la Casa Blanca», que bajo el mandato de Trump ha desarrollado una estrategia de máxima presión económica y diplomática contra Teherán.
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto regresar al acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y seis grandes potencias, del que Trump retiró a EE. UU. en 2018, aunque la confirmación de las autoridades iraníes de que ya están produciendo uranio enriquecido al 20 %, algo que viola el pacto, puede complicar ese proceso.