Florencia (Italia), 27 jul (EFE).- El danés Jonas Vingegaard (Visma), defensor de los dos últimos títulos en el Tour de Francia, y su gran enemigo en la ruta, el esloveno Tadej Pogacar (UAE), ganador en París en 2021 y 2022, están llamados a deshacer el empate en un combate cuerpo a cuerpo que se presenta desigual.
Mientras el nórdico se presenta en Florencia sin competir desde el 4 de abril por una grave caída en la Itzulia, librando una auténtica contrarreloj por recobrar su mejor estado de forma, Pogacar llega como emperador de la temporada después de su exhibición en el Giro, y con la ambición de lograr el doblete Giro-Tour que nadie ha logrado desde la hazaña de Pantani en 1998.
Pogacar, de 25 años, llega a la ciudad cuna del Renacimiento con 14 victorias y sin alteraciones en su preparación. El hambre de éxitos será su estímulo, y en concreto quiere la tercera corona del Tour y el prestigioso doblete. Herido en su orgullo después de dos años batido por Vingegaard, la ocasión se le presenta en bandeja de plata.
El esloveno descansó después del Giro y luego se concentró en altura, en Isola 2000, precisamente final de etapa en el Tour, aunque tuvo que recortar días por el fallecimiento de su abuelo. Llega en forma y «con mejores sensaciones que nunca» después de una temporada en la que ha metido el miedo en el cuerpo de lo rivales. Aparte del Giro, también se exhibió en la Strade Bianche, Volta a Cataluña y Lieja.
Se puede asegurar que Pogacar está listo para seguir dando brillo a su historia. Es el gran favorito para llegar a Niza de amarillo. Salvo Vingegaard, si alcanza su mejor nivel, ningún rival le puede hacer sombra a día de hoy en el pelotón actual.
Pogacar probó su propia medicina el año pasado cuando dijo «estoy muerto» en el Col de la Loze, o cuando Vingegaard lo arrasó en la cromo de Combloux. Esta vez, con la lección aprendida, el esloveno podría salir disparado de Florencia, aprovechando las circunstancias que rodean a su rival.
La cuarta jornada incluye el mítico coloso del Galibier, y una crono de 25 km la primera semana. Sabe que pueden ser claves los primeros días. En su equipo conocen que Pogacar no se viste de amarillo desde el golpe de mano del Jumbo en el Col du Granon en 2022.
En el desafío del doblete Giro-Tour fallaron anteriormente figuras como Chris Froome, Alberto Contador y Tom Dumoulin. Ahora Pogacar no quiere errar, por eso se ha rodeado de un «Dream Team», con el español Juan Ayuso, Joao Almeida y Adam Yates a sus órdenes.
VINGEGAARD, CON LA INCÓGNITA A CUESTAS
Jonás Vingegaard (Hillerslev, 27 años), antiguo empleado de una empresa de pescado antes de hacerse ciclista, estuvo 12 días en el Hospital de Txagorritxu de Vitoria tras sufrir una caída en la Itzulia el 4 de abril, la misma que Roglic y Evenepoel. Un fractura de clavícula y un neumotórax lastró desde entonces su temporada.
El Visma ganó el año pasado las tres grandes, pero este 2024 se desvió de la senda de la gloria. Antes de empezar el Tour Sepp Kuus ha causado baja por el Covid. No obstante, el equipo tendrá potencial, aunque la duda es precisamente el líder. Vingegaard tendrá a su lado a Van Aert, Laporte, Jorgenson, Benoot, Tratnik, Kelderman y Bart Lenmen.
El Visma Lease a Bike enviará a su jefe de filas a la prueba de fuego con muchas dudas, de ahí la inclusión en el equipo a modo de «Plan B»del estadounidense Matteo Jorgenson, un corredor exMovistar que ha despegado con fuerza esta temporada desde que ganó la París Niza.
El Visma y Vingegaard se han concentrado en Tignes asumiendo una auténtica contrarreloj preparatoria. El danés llega sin ritmo de competición, pero si se presenta en la capital toscana será porque se ve en unas condiciones mínimas de competir por la defensa del título. Zeeman, técnico del Visma, asegura que «el año pasado había mucha presión, este año mucha emoción»
En el capítulo de dudas y conjeturas, hay quien plantea que si en 2023 Vingegaard ganó por una diferencia de 7.30 minutos, ¿se puede descartar que estando al 90 por ciento pueda retener el título?.
Carlos de Torres