Florencia (Italia), 28 jun (EFE).- Un inédito Tour de Francia comenzará este sábado en Florencia con un pequeño Giro de Italia, escenario excelso por su historia artística y cultural para una carrera que concentrará a todas las estrellas del ciclismo actual. Defenderá el título el danés Vingegaard ante el gran favorito, el esloveno Tadej Pogacar.
Entre la constelación de grandes corredores, muchas más figuras, como Roglic, Evenepoel, Carlos Rodríguez, Enric Mas y el debutante Juan Ayuso. Todos aspirantes a la general, pero por las etapas estará el campeón del Mundo Van der Poel y Van Aert, y a la cita con el récord de victorias en la Grande Boucle acude el británico Mark Cavendish, igualado a 34 con Eddy Merckx.
En un recorrido de 3.492 km repartidos en 21 etapas, el Tour propone abundante montaña, con 4 finales en alto, 2 retos contrarreloj, una jornada con tramos de tierra y 8 oportunidades para los velocistas.
Pogacar claro favorito, Vingegaard una incógnita
Habrá terreno para todos, pero el cartel de favorito tiene un dueño, Tadej Pogacar (UAE), pletórico en el Giro y protegido de un equipo de élite. Candidato al tercer título después de los dos años de reinado de su gran rival, Jonas Vingegaard (Visma), el único que ha doblegado al esloveno en las últimas temporadas, pero el nórdico sale de una lesión y su estado de forma es una incógnita.
En condiciones normales ambos corredores tendrían que disputarse el maillot amarillo, pero la carretera decidirá, y habrá más rivales. El esloveno Primoz Roglic (Bora) y el debutante belga Remco Evenepoel (Soudal) tratarán de impedir que el Tour sea cosa de dos, y el Ineos, Grenadiers, con Carlos Rodríguez, Egan Bernal y Geraint Thomas irán a por todas.
Si Pogacar está blindado en el UAE con Adam Yates, Almeida y Ayuso, que se presenta en sociedad, en el Visma hay un contratiempo, ya que Vingegaard no tendrá a su servicio al ganador de la Vuelta, Sepp Kuss, pero si estará, y con opciones, el emergente estadounidense Matteo Jorgenson, además del polivalente Wout Van Aert.
Rodríguez y Mas por el podio, Ayuso dependiente de Pogacar
Las opciones españolas pasan por sus nuevas realidades, Carlos Rodríguez, quinto el año pasado y ganador de etapa; Juan Ayuso, ganador de la Itzulia, pero condicionado por estar en el UAE de Pogacar, y Enric Mas, con la eterna asignatura pendiente de meterse en el podio.
Rodríguez cotiza al alza. El corredor de Almuñecar, de 23 años, puede mejorar el quinto puesto de 2023. Ganó la Vuelta a Romandía, fue segundo en la Itzulia y cuarto en el Dauphiné. Rodeado de grandes corredores, como Bernal, Thomas, Castroviejo y Pidcock, está llamado a dar un salto de calidad.
Juan Ayuso debuta en la carrera con la que soñaba desde niño. El ganador de la Itzulia, a sus 21 años, dependerá de hacer valer el objetivo del equipo de asegurar el triunfo de Pogacar, pero va a ser una segunda baza de garantías y podría buscar sus opciones para los triunfos de etapa.
Por su parte, Enric Mas, será a sus 29 años el líder de un Movistar que cuenta con el campeón de España Alex Aranburu, Oier Lazkano, el escalados austríaco Muhlberger, el esprinter colombiano Fernando Gaviria, Nelson Oliveira, Davide Formolo y Javier Romo. El ciclista balear tendrá una nueva oportunidad de lograr su sueño: el podio. «Quiero pelear entre los mejores», asegura.
Cita de grandes esprinters
Con el aliciente del récord que persigue Cavendish de lograr 35 victorias. El británico, de 39 años, no lo tendrá fácil, pues la nómina de rivales es amplia, con Jasper Philipsen (Alpecin), Mads Pedersen (Lidl), Fabio Jakobsen (DSM), Sam Bennett (Decathlon), Groenewegen (Jayco), Arnaud de Lie (Lotto) y Kristoff (Uno X).
La montaña y las cronos decidirán
El recorrido será variado y con aspectos novedosos. Atravesará Italia, San Marino, Francia y Mónaco, y se ascenderán los Apeninos y los Alpes italianos, los franceses, el Macizo Central y los Pirineos, además de contar con dos contrarrelojes, de 25 y 34 km, y 32,2 kilómetros de caminos de tierra.
El pelotón se enfrentará a 3.492 kilómetros y un desnivel total de 52.230 metros, con siete etapas de montaña y cuatro finales en alto (Saint-Lary-Soulan, Plateau de Beille, Isola 2000 y Col de la Couillole). Habrá un total de 27 grandes cimas, tres en los Apeninos, una en los Alpes italianos, doce en los franceses, tres en el Macizo Central y ocho en Pirineos.
En la 4ª etapa ya tendrán que afrontar el primer coloso, el Galibier (23 km al 5,1%), que se corona a 19 km de la meta en Valloire.
Una novedad importante será el tramo de tierra similar al de la prueba italiana Strade Bianche en la novena etapa, víspera de la primera jornada de descanso, donde esperan por la Champaña 14 tramos sin asfaltar con un total de 32,2 kilómetros.
Un Tour menos montañoso, pero sin respiro. Para empezar 206 kilómetros entre Florencia y Rimini que atraviesan los Apeninos en un perfil accidentado, y la alta montaña llegará en la cuarta etapa con el ascenso al Galibier, cuya cima se sitúa a 19 kilómetros de la meta de Valloire.
La siguiente cita clave será la séptima etapa, con una contrarreloj de 25 kilómetros entre Nuits-Saint-Geroges y Gevrey-Chambertin, propicia para especialistas, donde puede haber diferencias.
La primera jornada de descanso cargará las pilas de un pelotón que afrontará una décima etapa explosiva en el Macizo Central, entre los volcanes de Auvernia, con hasta cuatro ascensos en su tramo final, el último, con llegada a Le Lioran, de 3,3 km al 5,8% de desnivel medio.
Una clásica dentro del Tour que, tras dos jornadas de transición, aterrizará en los Pirineos, con dos finales en alto, uno en Saint-Lary-Soulan (10,6 km al 7,9%) tras haber ascendido el mítico Tourmalet y la Hourquette d’Ancizan, y otro en el interminable Plateau de Beille y sus 15,8 kilómetros al 7,9%.
Un segundo día de descanso y una jornada llana llevarán de nuevo a los Alpes, con dos citas de media montaña en Superdévouly y Barcelonnette, antes de afrontar Isola 2.000 (16,1 km al 7,1%), final de la 19ª etapa. Antes deberán subir la Bonette, un puerto poco conocido al que se llega por una carretera construida exclusivamente para superar los 2.800 metros de altitud y que será la cima de la edición.
Sus 22,9 kilómetros al 6,9 % son también un guiño al fallecido Federico Martín Bahamontes, el primer ciclista que cruzó en cabeza este puerto, que solo se ha subido en cinco ocasiones.
La traca final tendrá lugar en los alrededores de Niza, con una etapa de alta montaña sobre las rutas de la París-Niza y final en el Col de la Couillole, de 15,7 km al 7,1 %, antes de la exigente crono final de 34 km que puede decidir la clasificación general.
Con dos ascensos, La Turbie (8,1 km al 5,6 %) y Éze (1,6 al 8,1 %) no permitirá dar rienda suelta a los vatios de los especialistas, aunque su final es plano, frente al Paseo de los Ingleses.
Carlos de Torres