JUAN CALZADILLA
(16 de mayo de 1930)
En 1965 Juan Calzadilla publicó el poemario “Malos Modales”, bajo el sello de El Techo de la Ballena. Un grupo que reunía a jóvenes rebeldes, pintores, poetas, narradores, críticos. Provincianos avenidos a las grandes avenidas. Muchachos llegando a la gran ciudad pero negados a convertirse en ciudadanos. Buscando lo que no se les había perdido. Defendiéndose a veces a dentellada limpia del canto de las sirenas de las patrullas de la policía. Una cultura urbana tratando de poner a todos “manos contra la pared” de la urbanidad.
Y, cuando ya no se podía andar por las ramas, como el jugo de frutas, había que responder con cierta violencia artística a la vieja violencia enmascarada por las instituciones y las leyes. Así fuera tirar las cosas a la calle o juntar el paraguas y la máquina de afeitar. Cuando las costumbres nos vuelven seres abominables, cuando se nos exige ser más edificante que los edificios, cuando el poeta es más inútil que un right fielder, dueño de palabras por las que nadie daría un céntimo, se requiere otra estética. Nada de poemas impolutos sino llenos de tachaduras, con la lengua afuera, absurdos, bendiciendo las alcantarillas, las flores marchitas y los basureros pues su meta es la inmensidad.
Y eso era el poemario “Malos Modales”, de Juan Calzadilla. Lamentablemente circuló poco. Al impresor le gustó mucho el libro pero, cuando estuvo listo y los poetas fueron a buscarlo, se negó a entregarlo, alegando, precisamente, uno de los malos modales: “Falta de pago”.
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