Pedro Juárez…un corredor por la vida

Pedro Juárez, multifacético y acucioso ciudadano, quien vivió su vida con orgullo y sencillez.

 

En el mundo del periodismo existe una palabra que en épocas de la comunicación social antañona era muy utilizada; me refiero al término «todero».

Esta expresión lingüística está referida a la persona que realiza diversas actividades y que no se centra en solo un trabajo específico, destacando por supuesto por su dinamismo y diversidad creadora.

Una de esas personas lo fue el multifacético Pedro Juárez, colega periodista y reportero gráfico quien falleciera este jueves 24 de febrero cuando precisamente acudía a un centro de hemodiálisis en búsqueda de la tan ansiada salud.

 

Guerrero a toda prueba

Conocí al Pedro Juárez hace muchos años, esencialmente en mi época de joven estudiante de primaria en el grupo escolar «Andrés Eloy Blanco» de la urbanización «Lasso de la Vega» y luego como liceísta, cuando comencé a escuchar sobre sus sobresalientes actuaciones en las distintas carreteras y luego pistas de atletismo del estado Trujillo y el país como corredor de pruebas de fondo.

En esos años era común leer casi semanalmente titulares como: » Pedro Juárez ganó el maratón de Valera», » Pedro Juárez se impuso en El Dividive», » Pedro Juárez volvió a a ganar» y paremos de contar.

Eran las décadas de los años sesenta y setenta y este humilde jovencito proveniente de El Alto de Escuque demostraba que la constancia era fundamental para la búsqueda del éxito.

Pero Pedro no se quedaría allí, ya que junto a sus hermanos continuó preparándose, abarcando la carrera como docente para comenzar a generar sus propios recursos, trabajando en instituciones como la Unidad Educativa » Ignacio Carrasquero» de la capital escuqueña.

Pedro no dejó de practicar su amado atletismo, sumándose a sus paisanos Américo Juárez y luego Pedro Briceño, sin dudas los tres más grandes atletas de carreras pedestres de la «Tierra de Nubes».

En los años 80, Pedro comienza a tomar interés por la comunicación social, generando opinión a través de varias columnas deportivas relativas a la actividad sotfobolística y participando paralelamente como activo jugador en varios equipos de pelota local; luego optaría por convertirse en lanzador y luego excelso anotador de la disciplina.

De la mano de los avezados comunicadores Francisco Graterol Vargas, Guillermo «Memo» Bracamonte, Evencio José Daboín, Ramón Azuaje, su paisano Dimas Albornoz y los hermanos Jhonny, Wilmer y William Villarreal, se incorpora como colaborador de la recordada emisora Radio Turismo 970 am, e incluso fue uno de los creadores de la frase » La pelota Samuel», con la cual en la narración de los partidos del también recordado equipo de fútbol «Unión Deportivo Valera» FC, se intercambiaban pases los comentaristas y locutor comercial con el malogrado Samuel Darío Rodríguez, narrador oficial de estas transmisiones, cuyo talento fue descubierto por ellos precisamente.

Pedro combinaba su profesión de docente con la comunicación social, siendo famosas sus columnas de los numeritos del softbol y otras producciones de opinión deportiva.

Residenciado luego en la urbanización » San Rafael» de Valera, se activa como jugador de softbol empujadito tanto en las ligas Caliche «Pepeillo Rodríguez», como en otros torneos de la «pelota suave», además de abarcar la especialidad de bolas criollas y la caminata olímpica.

El periodismo su pasión

Jamás imaginó Pedro, como sempiterno atleta ganador que siempre daba declaraciones de prensa, que abarcaría esta carrera como su segundo «modus vivendi», llegando a ser un connotado reportero gráfico y luego anotándose como estudiante de Comunicación Social en la Universidad Católica «Cecilio Acosta» de Maracaibo- estado Zulia.

A pesar de ello, nuestro protagonista no abandonó nunca su profesión como educador, saliendo jubilado y dedicándose en lo sucesivo a investigar hechos resaltantes del deporte nacional e internacional, expresando con orgullo por estas calles valeranas, cada acontecimiento que había marcado historia del cual se enteraba en sus extensas jornadas de lectura.

Admirador de figuras como Babe Ruth, Joe Dimaggio, Sugar Ray Leonard, Alexis Argüello, Carlos Monzón, Pete Rose, Dave Parker, Carlos «Morocho» Hernández, Betulio González, Leo Gámez, Luis Aparicio, Vitico Davalillo, era libro abierto de muchas epopeyas de estos grandes del deporte.

Ya rayando sus cincuenta y tantos años de edad, tuvo su gran chance al representar junto a este servidor a las delegaciones del estado Trujillo que participaron en varios Juegos Nacionales de Periodistas, ganando incluso varias medallas en especialidades como maratón y caminata.

Pedro solventaba pequeños problemas del habla que presentaba, tomando un micrófono para dar cátedra de buena dicción en varios eventos donde su presencia fue fundamental.

En fecha reciente acusó problemas derivados de una diabetes detectada por los galenos hace varios años, y a pesar de su permanente tratamiento, el cual cumplía al pié de la letra, comenzó a sufrir de una insuficiencia renal que no pudo superar falleciendo cuando buscaba alivio para su mal.

Pedro no fue perfecto, porque se vio involucrado en reiterados impasses, motivados a la línea dura de sus opiniones, lo cual le generó varias enemistades; sin embargo esas pequeñas escaramuzas personales fueron nimiedades en comparación con su innata bondad y su ligereza para olvidar las polémicas y diatribas, siempre con una explicación lógica para cada cosa.

Ese ha sido y fue el buen Pedro Juárez, un hombre muy normal, con defectos y virtudes, con anhelos y esperanzas, pero sin dudas un ciudadano ejemplar, honesto y desprendido de mezquindades.

Al conocer sobre su fallecimiento, les aseguro que no creo que se haya ido solo un comunicador más, sino un atleta formidable, un docente entregado y y un investigador excepcional.

Ruego al Altísimo, perdone sus fallas y reciba lo mejor de este guerrero de la vida, quién fue sencillamente un valor regional y fiel exponente de la trujillanidad en toda su expresión. Paz a su alma.

 

 

 

 

 

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