Paciente renal: las enfermedades no esperan necesitamos la ayuda humanitaria

Salinas tiene año y medio dializándose, debe hacerlo tres veces por semana, pero debido a la falta de insumos, medicinas y con los permanentes cortes de electricidad y agua no es posible y su vida y la de miles están en riesgo, por eso vino a Colombia a clamar porque pase el auxilio humanitario a Venezuela

Judith Valderrama
Twitter: Juditvalderrama

(Cúcuta/Colombia)

 

Luisana Salinas, también acompañó a los médicos en esta manifestación en Colombia, ella es paciente renal desde hace año y medio y decidió venir a pedir la ayuda humanitaria, porque ella y sus compañeros pacientes la necesitan para vivir, señaló.
“Pido que por favor dejen pasar la ayuda humanitaria porque la salud en Venezuela, está muy, muy caótica y nosotros como pacientes somos los más afectados porque no hay insumos y el tratamiento de nosotros no puede esperar. Tenemos que dializarnos tres veces por semana y si no hay insumos no lo podemos hacer, porque no podemos ir a comprarlo en una farmacia porque no existe. Tampoco podemos cruzar el puente a Colombia y adquirirlo porque dependemos necesariamente del hospital del Seguro Social, si no estamos atados de pies y manos”.
Comenta que hace una semana se dializó, pero la próxima no sabe si logrará hacerlo porque no hay ácidos ni otros insumos, “es una eterna agonía lo que vivimos”.
Relata Luisana Salinas, que además de la aguda carencia les cortan el servicio eléctrico por muchas horas en un solo día y no los pueden dializar, e igual sucede con el servicio de agua potable, “pero ahorita que tenemos la oportunidad de que nos llegue la ayuda humanitaria, por culpa de unos pocos que no dejan nos ayuden y las enfermedades no esperan. También los pacientes oncológicos viven lo mismo y mueren muchos a diario por falta de medicamentos”.
Esta paciente renal dice que ha visto morir a muchos de sus compañeros pacientes porque no consiguieron su tratamiento y no pueden comprar, por ejemplo, una insulina, “eso es una cadena de cosas, señala angustiada Salinas.

 

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