Desde el Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida) continúa la preocupación por la situación que se sigue presentando en el estado Mérida, y en el país en general, en relación a la ocurrencia y frecuencia con que vienen aconteciendo casos de presuntos suicidios e intentos de suicidios en la población. Es así como en esta entidad andina, entre enero y mayo de 2021, en los medios de comunicación se reseñaron un total de 16 hechos de muertes autoinfligidas, 9 casos más en comparación con el mismo lapso equivalente del año pasado, lo que representa un aparente incremento de más de 2 veces. Se observó que la mayoría de las víctimas son del sexo masculino (en 69% de los casos) y en edades comprendidas entre los 30-64 años (50%) y 65 años y más (30%); y que la depresión sale a relucir como principal factor de riesgo que ha estado presente en la mayoría de estas muertes en 64% del total de casos donde se conoció este tipo de información.
Desde el punto de vista de la distribución espacial, la mayoría (50%) de los hechos han tenido lugar en municipios de la zona del Valle del Mocotíes (Antonio Pinto Salinas, Tovar y Rivas Dávila) y de los Pueblos del Sur (Arzobispo Chacón y Guaraque). El resto de estos sucesos (44%) se ha distribuido en municipios del Área Metropolitana de Mérida (Campo Elías, Libertador y Santos Marquina) y de la zona Panamericana (Alberto Adriani, Julio César Salas y Tulio Febres Cordero), y un caso identificado en Pueblo Llano (zona del Páramo).
De todos los probables suicidios identificados a escala nacional por el OVV Mérida, 134 hasta el 31 de mayo, los acontecidos en Mérida representaban el 12%. Esta entidad ocupa el primer lugar en el número de casos registrados hasta ese mes. Le continúan Lara y Zulia, igualados en el segundo puesto con 11,3%, respectivamente, y en tercer lugar Guárico (10,5%). Adicionalmente, en Mérida, se han registrado 5 aparentes intentos de suicidio y, entre los casos más recientes, se cuentan el de un niño de 9 años al cual su mamá le quitó el celular, y al parecer ése fue el motivo que lo impulsó a atentar contra su vida; y otro de una adolescente de 17, la que supuestamente padecía de un trastorno mental (se desconoce el tipo de trastorno).
La Organización Mundial de la Salud (OMS), el pasado 10 de septiembre de 2020, informó que el Covid-19 está afectando la salud mental de numerosas personas en todo el mundo. Según esta organización, datos de estudios recientes muestran un aumento de la angustia, la ansiedad y la depresión en individuos, que, sumadas a la violencia, los trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias y las sensaciones de pérdida, entre otros, se van a constituir como importantes factores de riesgo que pueden incrementar las probabilidades de que una persona decida quitarse la vida. La institución advirtió que la pandemia por el virus puede exacerbar los factores de riesgo de suicidio, por lo que exhortó a discutir sobre el tema en forma abierta y responsable, permanecer relacionados aún durante el distanciamiento físico y aprender a identificar los signos de advertencia para prevenirlo.
En concordancia con la OMS, el OVV Mérida es de la opinión que los suicidios son prevenibles y que resulta un tema imperativo de abordar, por lo que es necesario dedicar este escrito a una serie de aspectos importantes que se deben tener en cuenta para la prevención de hechos suicidas.
La depresión en los casos de suicidios: ¿causa o consecuencia?
Desde 2014, en el estado Mérida, se ha detectado una propensión al aparente incremento de casos de presuntos suicidios donde, según los medios, la causa supuesta de estos hechos ha sido la depresión; no obstante, es necesario interpretar esa información con cautela. Dentro de una muestra de 237 casos cuyos móviles presuntos han sido reseñados por los periodistas entre 2014 y el 30 de abril de 2021, ésta pasó de tener un peso relativo de 34,1 en 2014 a 58,8% en 2016. Luego, aun cuando disminuyó un poco, se mantuvo por sobre 56% en 2017 y 2018. En 2020 se ubicó en 54% y, hasta el cierre de los registros del presente escrito (31 de mayo de 2021), alcanzó una importancia relativa de 64%.
En primer lugar, hay que destacar que el suicidio es multifactorial, es decir, que detrás de cada caso se presentan diferentes factores de riesgo (predisponentes, detonantes o precipitantes), que en distintas combinaciones, son los que llevan a un número dado de personas a querer atentar contra su vida, siendo la depresión uno de aquellos.
En el mismo orden de ideas, la depresión, diagnosticada como trastorno mental, aun cuando forma parte de la amplia lista de factores de riesgo reconocidos por la OMS, por sí sola no va a explicar el por qué un individuo decide atentar contra su vida, incluso, ésta se constituye en realidad como una consecuencia de, por ejemplo, el diagnóstico de una enfermedad terminal, la muerte de un ser querido, quiebre de un negocio, condena por ley, pérdida de empleo, pobreza extrema, entre otras situaciones adversas; mas no como la causa tangible que origina el suicidio.
En segundo lugar, no toda persona que padezca depresión necesariamente va a tomar la decisión de suicidarse. Algunos estudios han demostrado que, solo entre un 15 y 20% de las personas que padecen depresión como trastorno, pueden intentar un suicidio, sobre todo cuando son mayores, viven solas y han intentado suicidarse con anterioridad; así como otras investigaciones han determinado que la inmensa mayoría de individuos con problemas clínicos, ni se suicidan ni intentan suicidarse.
En definitiva, que el grueso de las personas (≈90%) que fallecen por suicidio presentaba o podrían presentar algún tipo de trastorno mental, no significa que la mayoría de los individuos con trastorno mental se suiciden, ni que el factor diagnóstico (por ejemplo la depresión) sea el móvil o causa real de la gran parte de los suicidios.
Lo cierto es que si en realidad en Mérida, y en Venezuela, los casos de depresión vienen en ascenso, es necesario prestarle mucha atención a esta tendencia por la insoslayable conexión que esta enfermedad tiene con hechos suicidas. Entonces, por lo dicho hasta ahora en este apartado, no sería correcto decir que la depresión ha sido la causa-origen de muchos suicidios ocurridos hasta el momento en Mérida -eso dado el caso que se investigara y se llegara a determinar que ciertamente las personas padecían de esa patología-, pero quizás se puede inferir que un buen número de estos individuos sí padecía este trastorno hasta el momento de su muerte. Por todo lo anterior, es que es de suma importancia realizar un diagnóstico temprano en los individuos que pudieran estar padeciendo esta enfermedad. La pronta identificación de los afectados y el tratamiento adecuado a las personas con trastornos mentales son una importante estrategia preventiva.
La educación es fundamental en la prevención
En una entrevista realizada a Mariana Sánchez, médico psiquiatra del Programa Regional de Salud Mental y Adicciones de Corposalud Mérida, expuso que en materia de prevención es importante resaltar que los suicidios son prevenibles empleando ciertas medidas orientadas hacia grupos de población en riesgo. “Al tener reconocidas a las personas que ya han intentado suicidarse en el pasado, las que padezcan alguna patología mental de base, las que tengan algún tipo de discapacidad, que sufran dolores crónicos o que tengan dificultades sociales, que sean desplazadas, discriminadas, entre otras; estamos identificando potenciales individuos vulnerables frente al suicidio. Además, quienes han perdido sus trabajos o su independencia por cuestiones médicas, que estén atravesando por alguna dificultad en la adquisición de medicamentos o en el acceso a los servicios de salud, también se constituyen individuos en riesgo. Todas estas situaciones pueden ser predisponentes y actuar como factores de riesgo”, explicó.
Desde su visión especializada, la doctora Sánchez señaló algunas de las medidas que pueden ser tomadas en cuenta para la prevención de los suicidios. Una de ellas es restringir el acceso a los medios que usan las personas para suicidarse, como por ejemplo, las armas de fuego y algunos medicamentos. “Todas estas restricciones son importantes, sobre todo en personas que ya lo han intentado en el pasado”.
Otra recomendación es la adecuada información que se debe dar a través de los medios de comunicación, pues una de las recomendaciones en estos tiempos de pandemia está relacionada con limitar el tiempo de exposición en las redes sociales. “Ver cómo está la situación con mucha frecuencia, puede generar estrés, desesperanza y no contribuye a la salud mental de la población”.
En el caso de los niños, recomienda considerar la recreación, en la medida de lo posible, o actividades que los mantengan activos con sus actividades escolares y a involucrarlos en las tareas del hogar.
No descuidar los hábitos de buena alimentación y los patrones de sueño es otra de las recomendaciones de la doctora Sánchez, pues éste es un aspecto que influye en la salud mental de las personas.
Las limitaciones también están recomendadas para el consumo de alcohol o drogas que perjudican la salud mental. “Muchas personas se están refugiando en el alcohol, en las drogas, y entonces esto lleva a que ocurran más episodios de ansiedad, depresión y otras complicaciones”.
“Otra estrategia sería la de identificación temprana y el tratamiento de las personas con problemas de salud mental. No solamente las que están diagnosticadas, sino identificar los casos probables, y esto lo puede realizar una persona no especializada, por ejemplo, un familiar, vecino o entre compañeros de trabajo. Todo esto puede contribuir a identificar a las personas que están vulnerables, aquellas en las que su ánimo haya cambiado o que estén muy reactivas, que no le ven sentido a la vida o que han comentado en algún momento que no vale la pena continuar viviendo; entonces este seguimiento puede ayudar a la prevención y a que estos casos lleguen a oportuna consulta en atención primaria o en atención especializada”, explicó la especialista.
Manifestó Sánchez que es muy importante el apoyo familiar, pues esa red de ayuda que tenga la persona, sea a distancia o en persona, es necesaria tenerla. “Se necesita incentivar a tener un plan de vida que, a pesar de las dificultades, pueda mantenerse y se pueda avanzar poco a poco, que se vea motivación en las actividades diarias. Todo esto contribuye a generar una protección en el individuo y a disminuir el número de casos”.
En el mismo orden de ideas, considera que el suicidio es un problema que es complejo, donde hay que involucrar a todos los sectores de la sociedad. “No sólo al sector de salud sino al de la educación, el laboral, el de justicia, los medios de comunicación, ya que todos contribuyen a que la situación sea controlada. Las actividades deben ser socializadas desde la comunidad, los hogares, los medios. Es importante que, con base en la investigación que se publica y a los casos que se conocen, se genere también esa alarma que nos sirva para la actuación en la prevención y en la consecución de políticas que nos ayuden a resguardar la salud mental de la población, ya que pueden llegarse a controlar enfermedades nuevas (como el Covid-19); sin embargo, la patología mental puede perdurar en el tiempo y esto genera un gran impacto en la morbilidad y mortalidad en el mundo”, comentó.
La investigación completa sobre los suicidios, se puede consultar a través de https://observatoriodeviolencia.org.ve/news/prevencion-del-suicidio-en-merida-en-tiempos-de-covid-19/ . (Prensa OVV Mérida. CNP 6779)