OPINIÓN | Rangel, Iroschima, Abraham, ¿ustedes no se bañan?

Mientras los habitantes de Las Travesías (en Valera) buscan agua de presuntos “manantiales” donde la calidad del vital líquido es más que dudosa (como se aprecia en la gráfica), de fondo se escucha canciones chavistas en un acto proselitista que se desarrolla en un sector vecino, el cual también se encuentra seco, porque agua no hay. En estas condiciones se encuentra el “Trujillo potencia” del saliente gobernador Henry Rangel Silva.

¿Tomar 8 vasos de agua al día? En Valera eso es – aunque usted no lo crea – ¡IMPOSIBLE! La crisis de este elemento indispensable para la vida misma, alcanzó en Valera y Carvajal niveles nunca antes vistos. Lo indignante es que no es un tema nuevo, desde hace muchos años especialistas en el área se los han advertido a los distintos gobiernos de turno, pero todos han sido incapaces de solventar el problema.

En 2017 por ejemplo, el Colegio de Ingenieros, seccional Trujillo, alertó en un diagnóstico científico que el estado Trujillo – en especial Valera – presentaba una gran deficiencia en el abastecimiento de agua potable, tanto en términos de calidad como de cantidad y regularidad.

Dicho informe destacaba que la situación en Valera es crítica durante el mayor tiempo del año, como consecuencia de su actual Acueducto que posee un sistema de agua potable totalmente vulnerable por el arrastre excesivo de sedimentos que obstruye el dique toma y los desarenadores, que genera la paralización del sistema de bombeo de la planta potabilizadora e incrementa los costos de maquinarias para su limpieza y activación, dejando sin suministro de agua potable a sus beneficiarios.

Sumado a ello la dependencia del sistema de bombeo en tiempos de constantes y prolongados cortes del fluido eléctrico, no solo interrumpe el servicio por días y hasta meses, sino que daña las ya deficientes y precarias maquinarias que aún están en funcionamiento.

Todo esto origina incrementos en el mantenimiento de los sistemas de bombeo y aumentan los consumos de energía eléctrica para su funcionamiento. El diagnóstico apuntaba a que “de manera urgente” debía promoverse un plan integral para el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos existentes, optimizarlos, mejorarlos y ampliarlos según las necesidades requeridas para atender a sus habitantes, para garantizar la oferta actual de la población y así alcanzar abastecer con el preciado líquido a los futuros desarrollos de acuerdo al crecimiento demográfico de la ciudad de Valera y los municipios aledaños, porque de lo contrario: ¡Valera puede quedarse sin agua! Y se quedó sin agua precisamente porque las bombas no dieron pa’ más. No se invirtió, no se le hizo caso a tiempo a quienes de buena fe advertían lo que venía.

El agua es un elemento básico para el desarrollo social y económico. Nuestros recursos hídricos juegan un papel clave para el bienestar de la población, el crecimiento inclusivo y la reducción de la pobreza, al generar un impacto positivo para la seguridad alimenticia y energética, la salud humana y para la preservación del ambiente y todos sus procesos evolutivos.

Los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible, fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el periodo 2015-2030, contemplan el acceso al agua, su gestión sostenible y saneamiento en el objetivo 6, con el fin de generar conciencia acerca de las dificultades o imposibilidad de diversas comunidades de acceder a fuentes de agua potable. Entendamos bien esto, el acceso al agua potable es un derecho humano. ¿Se entendió bien? ¡Nos están violando uno de los derechos humanos fundamentales para la preservar nuestra vida y calidad de vida!

En Carvajal un señor que protestaba precisamente por lo mismo, porque tampoco tienen agua ni para lavarse las manos en plena pandemia por la COVID-19,  lo metieron preso, y aún así dicen que esto “no es” una dictadura. La hipocresía pues.

Quizás les suene chistoso y/o indignante el título de este artículo: “Rangel Silva, Iroschima Vásquez, Abraham Linares, ¿ustedes no se bañan?”, porque sabemos que los que tienen el poder no padecen los problemas de los ciudadanos que lamentablemente gobiernan, además ninguno de ellos vive en Valera ¡Qué “maravilla”! Mientras tanto los valeranos apelan a la fe, pidiéndole al Creador que les “mande agua del cielo” para palear la crisis, porque hasta los momentos, “HidroCielo” puede ser más eficaz que Hidroandes.

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Por: Alexander González

Fotos: @AlexGonzalezDigital

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