Johannesburgo 10 jul (EFE).- La ONU advirtió este jueves de que, si persisten los recortes de fondos de Estados Unidos para prevenir y tratar el sida, podrían producirse seis millones de infecciones nuevas por VIH y cuatro millones de muertes adicionales relacionadas con la enfermedad para 2030.
En un informe publicado en Johannesburgo (Sudáfrica), el Programa Conjunto de las naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) afirmó que sus proyecciones apuntan a ese escenario en el caso de una «interrupción permanente» del Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR), que contemplaba unos 4.300 millones dólares de «apoyo bilateral» para este año.
Los programas contra el VIH (virus causante del sida) en todo el mundo, subrayó, afrontan «las drásticas y repentinas reducciones en la financiación de la respuesta mundial al VIH anunciadas por el Gobierno de Estados Unidos a principios de 2025».
«Estos servicios se detuvieron de la noche a la mañana cuando el Gobierno estadounidense cambió sus estrategias de asistencia exterior», indicó el informe, titulado «Sida, crisis y el poder para transformar».
Ola de pérdida de fondos
Según el documento, la ola de recortes de fondos desestabilizó las cadenas de suministros y provocó el cierre de centros de salud, dejó a miles de clínicas sin personal, retrasó programas de prevención, interrumpió la detección temprana del VIH y obligó a múltiples organizaciones comunitarias a reducir o cesar sus actividades.
Por ejemplo, sólo en Mozambique más de 30.000 profesionales sanitarios se vieron afectados, mientras en Nigeria el inicio de la profilaxis preexposición (PrEP, tratamiento contra el VIH) se ha desplomado de 40.000 a 6.000 personas al mes.
“Existe el temor de que otros grandes países donantes puedan retirarse de la solidaridad que han mantenido con los países más pobres (…). Si eso ocurre y los recortes y congelamientos actuales continúan, décadas de avances en la respuesta al VIH podrían revertirse y el objetivo de acabar con el sida como amenaza para la salud pública (para 20230) estaría en peligro», alertó ONUSIDA.
Según la ONU, 1,3 millones de personas se contagiaron de VIH en 2024, un 40 % menos que en 2010, de los que la mitad se encontraban en África subsahariana, donde el año pasado cayeron los contagios un 56 %.
En 2024, 630.000 personas -el 61 % de ellas en África subsahariana- murieron por causas relacionadas con el sida, un 54 % menos que en 2010 gracias a la provisión de exámenes y tratamientos gratuitos.
«Cinco países (Lesoto, Malaui, Nepal, Ruanda y Zimbabue), en su mayoría de África subsahariana, estaban en camino de alcanzar una reducción del 90 % en las nuevas infecciones para 2030 en comparación con 2010», precisó el informe.
En el documento, presentado en el hospital público Bertha Gxowa de Johannesburgo, la directora ejecutiva de ONU SIDA, Winnie Byanyima, afirmó que la asistencia internacional representa el 80 % de los programas de prevención en países de bajos y medianos ingresos.
Una «bomba de relojería»
El recorte de ayuda estadounidense «no es sólo un déficit de financiación, es una bomba de relojería», declaró Byanyima, al recordar que «la respuesta al VIH ya ha salvado 26,9 millones de vidas».
En África subsahariana, donde vive más del 60 % de todas las personas con VIH, la provisión de terapia antirretroviral, entre otros avances, ha conducido a un repunte de la esperanza de vida, que pasó de 56,5 años en 2010 a 62,3 años en 2024.
Pese a todo, la directora ejecutiva de ONUSIDA señaló que «aún hay tiempo para convertir esta crisis en una oportunidad».
«Los países -aseveró- están intensificando su apoyo con fondos nacionales. Las comunidades están demostrando lo que funciona. Ahora necesitamos una solidaridad global que esté a la altura de su valentía y resiliencia».
ONUSIDA estima que, si el mundo adopta nuevas tecnologías, eficiencias y enfoques, el costo anual de la respuesta al VIH podría reducirse en 7.000 millones de dólares.
«En tiempos de crisis, el mundo debe optar por la transformación en lugar de la retirada. Juntos, aún podemos acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030 si actuamos con urgencia, unidad y un compromiso inquebrantable», concluyó Byanyima.