«Olga fue una mujer de carácter‚ digna de un hombre de la valía del gran Guillermo Montilla». Asi definió el poeta Ramón Rivas Sáez a Olga Delgado‚ viuda del maestro y combativo periodista trujillano‚ Guillermo Montilla‚ fundador del Diario de Los Andes‚ primer Secretario General del Colegio Nacional de Periodistas‚ seccional Trujillo y miembro de la Asociación Venezolana de Periodistas‚ AVP.
Olga contaba con 82 años de edad a la hora de su partida. Nativa de Motatán, donde conoció a su compañero de vida‚ antes de que entrara de lleno al ajetreo periodístico. Olga era una guerrera‚ una verdadera Doña Barbara. Guillermo no tenía que preocuparse sino por su actividad profesional de lo demâs se encargaba la mujer que estaba a su lado.
En esas campañas por la fundación del CNP, a principios de los 70‚ las jornadas eran sin tregua y con la visita de muchos líderes del gremio a nivel nacional como Eleazar Díaz Rangel‚ José Vicente Rangel y Jesús Romero Anselmi. Las estrategias y las reuniones se afinaban en la casa de Olga, en la Plata 1, donde no faltaba nada‚ hasta un buen escocés «para amortiguar las penas».
Guillermo en el 72 se convierte en el primer Secretario General del CNP. Era incansable‚ trabajador‚ no había tregua contra el ejercicio ilegal del periodismo.
Olga motorizaba todo. El día del periodista, la sociedad civil se concentraba en la vieja casona del gremio en San José. Cuando los invitados llegaban todo estaba a pedir de boca‚ gracias a las esposas y demás mujeres familiares de los periodistas, pero con Olga‚ mandando más que un dinamo.
Así fue Olga. Ya la definía Junín una mujer de carácter a quien admiramos y respetamos mucho.
Cuando Guillermo deja el periodismo todavía muy joven su esposa, se encarga de cuidarlo por la enfermedad que lo aquejaba. Ayer después de su sepelio‚ Miguel Gutiérrez‚ casado con Yelitza‚ sobrina de Olga‚ me recordaba que ante la venia del gremio‚ ella se encargaba de redactar con las gráficas del bigotudo Rodolfo Zambrano‚ las notas que enviaba al diario Panorama‚ ya que el muchachote también de Motatan era el corresponsal del prestigioso diario zuliano.
No podían faltar las anécdotas en esta pareja. Una vez Olga se quedó con los crespos hechos. Se metió a una peluquería donde esperaría a Guillermo‚ para ir a una fiesta en Motatán. Pasaban las horas y su marido no llegaba y como, si el mozo se había olvidado donde estaba la media costilla y se fue solo a la parranda. «Muergano‚ esa me la hizo el Guillermo», me decía años atrás muerta de la risa‚ la recordada amiga.
Fue llevada a su última morada el jueves santo. Debido a la pandemia muy poca gente acudió a su sepelio. Sentimos no haberla acompañado en sus últimos momentos. Pero nuestra mente y nuestro corazón estaban con ella y con sus hijos Oscar‚ Leonardo y Mercedes, quien lamentablente no pudo estar en el camposanto y le tocó derramar lagrimas junto a sus hijas allá en San Cristóbal, donde reside. A Gladis a quien quiso como otra hija, sientánse orgullosos de Olga. Las nuevas generaciones de periodistas trujillanos no la conocieron pero se entregó con alma‚ vida y corazón para que hoy, bueno o malo‚ tengamos un Colegio de Periodistas.
Ya en el Olimpo‚ Olga y Guillermo deben estar juntos como Romeo y Julieta‚ un amor para siempre
Descanse en paz querida amiga.