Este martes en horas de la tarde se realizó el primer contacto directo y programado entre la Nasa -Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio- y el Instituto María Montessori del estado Táchira, como parte de un proyecto educativo.
La comunicación que duró un poco más de 7 minutos, se pudo establecer pasadas las 2 y 20 de la tarde cuando la estación espacial internacional se encontraba justo sobre la intuición a unos 402 kilómetros de distancia en línea recta, y se hizo contacto a través de las ondas hertzianas desde la unidad educativa.
Entre la algarabía de los más de 600 asistentes a la actividad, 10 estudiantes tuvieron la posibilidad de dialogar e intercambiar interrogantes con el astronauta estadounidense Joseph Acaba, quien tiene raíces puertorriqueñas y atendió cada una de las inquietudes de los niños y adolescentes.
El tiempo de comunicación permitió que se realizaran un total de 15 preguntas y algunas de ellas fueron: ¿Cuál es su función en la estación espacial? ¿Por qué decidió ser astronauta? ¿Qué pueden comer en el espacio? ¿Qué estudian en esta misión? ¿Cuándo tienen que usar el traje espacial? ¿Qué se siente cuando se está realizando una caminata espacial? ¿Se detiene en algún momento la estación espacial? ¿Cuál es el protocolo para un hipotético contacto con vida extraterrestre? ¿Cómo logró ser parte de la Nasa? ¿De existir un planeta habitable cual es el tiempo estimado para un trasporte interplanetario?.
Los estudiantes que contaron con la posibilidad de hablar con el astronauta Acaba fueron Víctor, Daniel, Verónica, Eduardo, Soltirios, Diego E., Diego G., Diego R., Paula y Santiago, cada uno de un nivel educativo diferente, desde el segundo grado hasta quinto de bachillerato.
Este proyecto fue desarrollado gracias a la iniciativa de dos exalumnos del Montessori, Francisco Lorenzo, ingeniero y Ricardo Benvenuto, gastroenterólogo, quienes aseguraron hicieron realidad un sueño.
Entre lagrimas de felicidad Benvenuto manifestó que “estamos muy emocionados, teníamos posibilidades de que podría haber una falla, estaba dentro de las posibilidades, pero gracias al esfuerzo, la fe y la buena vibra logramos llegar hacer el contacto”.
Por su parte, Lorenzo manifestó que el esfuerzo valió la pena “se hizo con mucho amor con ganas de los que nuestros niños sigan soñando porque a pesar de las dificultades podemos lograr grandes cosas si lo queremos y si lo soñamos. Gracias a todos”.