ECS/ José Leonel Pineda /DLA.- La fe en la religión ha sido parte importante de la historia de los pueblos venezolanos, y la magnitud de la más reciente proeza protagonizada por el trujillano José Gregorio Hernández, ayudó a aumentar esa creencia, y es que desde el pasado 30 de abril, fecha en la que fue oficialmente beatificado “El Médico de los pobres”, los testimonios públicos de fe hacia el beato han sido muchos.
En Monte Carmelo, pueblo capital del municipio del mismo nombre, son muchas las historias de fe que nos llegan, tal es el caso de Isaura Carrizo, un Ama de casa de 62 años que dice haber sido curada por José Gregorio hace más de 17 años, cuando un tumor apareció en su garganta.
Los doctores le dijeron a Isaura que debía hacerse los exámenes correspondientes para corroborar si era necesaria una operación. Ella, al salir con los exámenes en mano se dirigió a Isnotú, le dejó una copia de su cédula y se encomendó a José Gregorio, pidiéndole que le ayudara.
Dos meses después, Isaura estaba en el Hospital Universitario del Zulia, en Maracaibo, esperando pacientemente el día en que sería intervenida quirúrgicamente.
“Un niño pasó vendiendo la novena de José Gregorio y yo la compré, la leí y me dormí con ella en el pecho” relata Carrizo. Al día siguiente, desde muy temprano la trasladaron hasta el quirófano.
Post operación
Pasaron dos horas para que Carrizo recobrara el conocimiento, estaba en su habitación, la operación aparentemente había sido un éxito. El doctor regresó y le dio instrucciones a Isaura para que evitara hablar para no forzar su garganta.
El Oncólogo Bayron Castro, empieza a contarle a Isaura que cuando estaban en medio de la operación inexplicablemente el tumor había desaparecido, que no tenía nada en la garganta.
“Él (José Gregorio) y la Virgen de la Chinita a quien también le pedí mucho fueron los que me sanaron” dice Isaura, mientras prende una vela a la estatuilla que tiene en un altar que construyó en su cocina.
Desde entonces creé firmemente en el doctor: “siempre duermo con la novena que compré aquella vez”.
Médico de los Niños
Otro testimonio de fe lo hace Wilmary Hernández, una joven carmelitana de 29 años, ubicada actualmente en Colombia. Wilmary cuenta que su hija Sofía tenía dos años cuando fue atropellada por un automóvil, el fuerte impacto arrojó a la niña a unos cuantos metros, dejándola inconsciente.
Rápidamente la trasladaron al hospital de Valera, y mientras esperaban el diagnóstico del doctor, Wilmary comenta que, a pesar de que su familia tiene otras ideologías religiosas, ella se acercó hasta la capilla del hospital, allí está una figura de José Gregorio a la que le dijo en medio del dolor y la frustración: “si es verdad que salvas personas, intercede por mi hija”.
Horas después los doctores permitieron a Wilmary que viera a su hija, ellos no se explicaban como con un impacto de esa magnitud, la niña estaba aparentemente ilesa. Le mandaron exámenes y placas para corroborar que no hubiese problemas internos, y efectivamente, la niña no presentaba ninguna afección.
Sofía ya tiene 9 años y goza de un buen estado de salud. “Desde entonces, mi fe en José Gregorio es plena y me alegra mucho que por fin esté oficialmente en los altares, y sé que pronto será santo” concluye Wilmary.
Los testimonios de fe hacia el recién nombrado beato José Gregorio Hernández son muchos, feligreses que, con devoción y fervor esperan la canonización de “Mano Gollo”, y así, confirmar de una vez por todas que Trujillo es tierra de santos y sabios.
Ig: @leo_pineda777