Trujillo capital recibió a sus hijos de la mano de su madre protectora, Nuestra Señora de la Paz, en su día. El pueblo caminó durante sus procesiones, la homenajeó, le cantó y sobre todo le oró, por Trujillo, Venezuela y el mundo.
Tras la procesión de la mañana se llevó a cabo la misa solemne donde no pudo asistir el Arzobispo Ubaldo Santana por un imprevisto, y en la misa estuvieron presentes los que realmente valoran el gentilicio, la tradición, y sienten amor por su patrona y por su tierra, el pueblo religioso, la feligresía.
Los grandes ausentes
Las autoridades regionales y las municipales, fueron los grandes ausentes, nadie asistió en representación del gobernador Henry Rangel Silva, el alcalde de Trujillo Angerson Hernández en un día tan especial no hizo acto de presencia, ni concejales asistieron, tampoco los diputados del Consejo Legislativo del estado Trujillo.
Asistió a la eucaristía el diputado Emilio Fajardo, el vicerrector encargado del Núcleo Universitario Rafael Rangel -Nurr, Giovanni Castellanos, representantes del Cuerpo de Bomberos y dos representantes de la Zodi.
Donde hay paz está María y Dios
Monseñor Cástor Oswaldo Azuaje se dirigió a su pueblo, y recordó que María custodia la ciudad de la paz, y la paz acompaña a todo acontecimiento que tiene que ver con Dios, porque Dios, no es un Dios de guerra ni de muerte, sino de paz y donde hay paz está María y Dios, aquel que dijo «mi paz os dejo mi paz os doy».
Enfatizó monseñor Cástor Oswaldo Azuaje que «nuestra actitud, debe ser de respeto amor y tolerancia, en medio de la situación política que vive el país, lo que significa defender la libertad, la reconciliación de todos, que llegue el fin de la violencia que trae luto a los hogares venezolanos, seamos verdaderos hijos de Dios y del amor y de la paz, y actuemos comprometidos con el bien, especialmente con los más necesitados.
Qué reine la paz
en los corazones
Te pedimos que ores por nosotros para que tengamos un corazón más grande como el tuyo, para que reine la paz en los corazones y reine la paz en las casas, las calles, carreteras, y montañas. Vela por la unión y comunión de todos nosotros, que no haya odio sino hermandad y solidaridad.