Millones de alumnos chinos se presentan a la selectividad más vigilada de la historia

Estudiantes chinos hacen fila en una escuela de Pekín para entrar al examen anual de ingreso a la universidad. EFE/EPA/WU HAO

Pekín, 7 jun (EFE).- El examen chino de ingreso a la universidad, el «gaokao», comenzó hoy su primera jornada batiendo un nuevo récord de estudiantes, 12,91 millones, que se juegan su futuro en una prueba que pasará a la historia como la más vigilada hasta ahora para evitar fraudes.

Los ministerios de Educación y de Seguridad Pública declararon este lunes que mostrarán «tolerancia cero» hacia los delitos relacionados con el examen, que se prolongará entre el miércoles y el jueves, e indicaron que la Policía de varias localidades ya han investigado diversos casos de trampas y fraudes.

Entre las infracciones, las autoridades citaron la filtración de las preguntas y las respuestas, la participación de impostores y la compraventa o el uso de aparatos electrónicos que posibiliten trampas durante la prueba.

Desde 2016, copiar en el «gaokao» es un crimen incluido en el Código Penal de China y punible con hasta siete años de prisión, ante la existencia de mafias que intentan vender artefactos a los estudiantes para que hagan trampas, como prendas de ropa con micrófonos incorporados.

La cartera de Educación pidió a los participantes y a los padres que «no confíen en anuncios de centros de capacitación que aseguran conocer las preguntas del examen» o «promesas de aprobado», ya que «los papeles del examen se mantienen bajo secreto» e «inaccesibles a los centros educativos».

Asimismo, las instituciones examinadoras de provincias como las sureñas Yunnan y Cantón han mejorado sus controles de seguridad inteligentes, que podrán detectar cualquier dispositivo electrónico como teléfonos móviles, auriculares y relojes electrónicos, recogió el diario local Global Times.

En la ciudad de Bijie, en el centro del país, los postulantes tendrán que pasar por tres controles de seguridad antes de sentarse y comenzar la prueba.

La policía pone controles a la entrada de una escuela en Pekín donde se hace el examen anual de ingreso a la universidad. EFE/EPA/WU HAO

Para evitar la presencia de impostores, la megalópolis de Chongqing (centro) aplicará por primera vez un sistema de reconocimiento facial por vídeo en los puntos de acceso a los centros de examen.

Estos días, las ciudades chinas desvían el tráfico de ciertas vías para no perjudicar a los jóvenes que realizan la prueba y algunos trabajos de construcción u otras actividades ruidosas se paralizan hasta el final del examen.

La ciudad de Zibo (este), que ha adquirido fama en todo el país este año por la organización de barbacoas a gran escala, convirtiéndose en un animado destino turístico, verá cómo se detienen las parrillas durante los dos días que durará la prueba para mantener un «entorno tranquilo», informó la Patronal de Locales de Barbacoa en un comunicado que se ganó el aplauso de numerosos internautas.

 

¿DEVALUACIÓN DEL ACCESO A LA UNIVERSIDAD?

El examen de acceso, al que se presentan millones de estudiantes chinos desde 1977, es una estresante prueba de fuego para los jóvenes del gigante asiático, ya que contar con estudios superiores puede determinar el éxito profesional en sus vidas y es motivo de orgullo social para sus familias, más aún si acceden a una universidad de prestigio.

Hasta tal punto que, junto a los que concurren por primera vez, estará una vez más el veterano Liang Shi, de 56 años, un empresario de éxito que sin embargo se presenta este año por 27ª vez, tras fracasar las ocasiones anteriores en lograr la nota que exige la universidad de sus sueños.

Sin embargo, comentaristas en las redes sociales del país asiático se preguntan si el cada vez mayor número de participantes en el «gaokao» supone una devaluación de los títulos universitarios, sobre todo después de que China registrase una cifra récord de paro juvenil entre los residentes urbanos (20,4 %) el pasado mayo.

«Los que se presentan al ‘gaokao’ hoy ya no tienen la sensación de que recogerán próximamente grandes frutos, sino que tienen una profunda preocupación: ¿Encontrarán trabajo dentro de cuatro años?», señala un usuario de la red social Weibo.

 

 

 

 

 

 

 

 

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