Militares venezolanos viven su propio éxodo

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Sargento mayor Harry Solano «Los militares estamos pasando la misma necesidad de cualquier venezolano. Los sueldos no alcanzan para nada».


Harry Solano es un sargento mayor con 14 años de servicio en la Guardia Nacional de Venezuela que hace apenas unos días intentó levantarse en contra del gobierno de Nicolás Maduro, luego de meses de ser testigo de una crisis que, asegura, también los está golpeando a ellos.

El uniformado del Comando de Zona 45, en el estado Vargas, hizo parte del grupo de militares que lideró el fallido operativo en Cotiza, un barrio de Caracas, mediante el cual pretendían llegar hasta el Palacio de Miraflores, la sede de gobierno.

A pesar de que su decisión solo era hacerse sentir, para manifestar el descontento que, dice, existe al interior de las fuerzas militares del vecino país, el temor a ser objeto de represalias  lo llevó a escapar de Venezuela.

Desde Cúcuta, a donde llegó el pasado domingo después de varios días de una travesía en la que reconoce que contó con la colaboración de muchos de sus compañeros, denunció que aunque él logró salir bien librado, su familia se convirtió en blanco de toda clase de hostigamientos, como una forma de presionarlo para que se entregue.

Solano, quien una vez llegó a esta zona de frontera pidió el apoyo de la Acnur y está a la espera de que le puedan ayudar a tramitar el estatus de refugiado, contó que su mamá, su suegra y una sobrina fueron torturadas y que a pesar de que ya quedaron en libertad, en sus cuerpos quedaron las huellas de los vejámenes a las que fueron sometidas.

“Mi mamá está ahorita en cama porque le partieron los brazos, a mi sobrina le metieron la cara en un recipiente lleno de orines y el armamento se lo pasaban por su parte íntima. A un amigo también le destrozaron el brazo”, contó.

Dijo que, además, un primo suyo que es policía está desaparecido desde hace 11 días, después de haber sido citado por sus jefes inmediatos en un lugar denominado Plaza Venezuela.

El sargento de la Guardia no se ha podido comunicar con su familia desde que escapó, por miedo a que sea localizado. Tampoco tiene certeza de lo que hará una vez termine la semana de apoyo que le brinda la Acnur. Por eso, espera que su caso pueda despertar la atención de la comunidad internacional, toda vez que asegura que los militares también están afrontando su propio éxodo.

“Los militares estamos pasando la misma necesidad de cualquier venezolano. Los sueldos no alcanzan para nada. Quiero hacerles un llamado a nuestros hermanos de armas para que ya terminen de levantarse contra el narcorrégimen. Allá no perdonan y no respetan los derechos humanos de nadie”, sostuvo.

Con Información: La Opinión (Cúcuta )

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