Miguel Otero Silva: luz literaria, poética y periodística

Elvins Humberto González
elvins2020@hotmail.com

De la unión entre dos cumaneses, Henrique Otero Vizcarrondo y Mercedes Silva Pérez, en 1908 nacería una de las luminarias de la literatura, poesía y peronismo venezolano. Barcelona, veía nacer a Miguel Otero Silva. Era la época en el que el país era dominado y gobernado por Joaquín Crespo.

Los Oteros-Silva fue una familia que inicio su faena comercial en 1896 cuando en la ciudad de Guanta montan una bodega la cual se dedicaba a vender aceite de Castilla, añil de lavar, queso de rayar, tabaco de mascar y jabones de olor.

Después se dedicaron a comerciar con los barcos que llegaban al todavía nuevo puerto, bordeado de cocoteros y cangrejos azules. Es por eso que hay quienes dice que fue en Guanta donde nació entonces Miguel Otero Silva, entre aquel olor a «adioses» del mar y barcos carboneros.

Años después, el viejo Otero Vizcarrondo se mudó para Barcelona y allá se hizo dueño de la luz y de las aguas, puesto que compró la primera planta eléctrica de esa capital y entró a operar el acueducto. Obtuvo concesiones petroleras por parte del gobierno de las que recibió grandes ganancias para irse para Caracas. Por eso la partida de nacimiento de Miguel Otero dice que nació en Barcelona el 26 de octubre de 1908, aunque en ese tiempo todavía el viejo era bodeguero en Guanta y había montado una fábrica de jabón de coco, según reseña El Tiempo de Puerto La Cruz en su revista “Personajes de Oriente”.

Su vida

La vida y obra de Miguel Otero Silva se orientó desde temprana edad hacia la política, el periodismo y la literatura. Ya para 1942 junto a su padre y Antoni Arráiz funda el diario El Nacional. Como poeta disfrutó de una amplia notoriedad. Su obra narrativa, cuyos títulos todos fueron de impacto, le mereció para ser considerado como uno de los novelistas más sobresaliente de neutro continente.

Generación del 28

 

Desde muy joven se vio ligado al movimiento político y estudiantil con la Generación del 28

Miguel Otero Silva se enfundó en ambiente político a los 20 años, en 1928 se une a la llamada Generación del 28 la cual se reveló contra Juan Vicente Gómez.

Miguel Otero Silva estudió su bachillerato en el liceo Caracas, que dirigió Rómulo Gallegos; allí conoció, entre los bancos de la misma escuela, a Jóvito Villalba y a Rómulo Betancourt, con ellos formó esa llamada Generación del 28 de la que mencionamos arriba. Pronto será identificado como uno de los más intrépidos. Llegó a ser vinculado y señalado en el golpe del 7 de abril, eso le obligaría tener que huir del país.

Un año más tarde, el 8 de junio de 1929 perseguido por el gobierno del dictador militar Juan Vicente Gómez huyó del país para salvar su vida. En Curazao, Gustavo Machado, Rafael Simón Urbina y Miguel Otero tomaron el cuartel Amsterdan e intentaron invadir a Venezuela por la región de Coro.

En 1930, Otero se inscribió en el Partido Comunista de Venezuela (PCV) hasta que decepcionado renunció al mismo.

En ese año caracterizado por el vértigo político, protagoniza junto a Rómulo Betancourt el primer relato de insurgencia contra Gómez y su gobierno.

Cuando muere Juan Vicente Gómez ya Otero Silva contaba con 27, ya algo más maduro y preparado luego de su estudiar en Europa. Regresa a Venezuela en el año 36, pero en el 37 debió regresar al exilio.

Tiempo después deja a un lado su militancia política, en 1940 publicó su novela Fiebre, una novela testimonial, y en 1941, junto a Kotepa Delgado, Andrés Eloy Blanco, Job Pim y Claudio Cedeño fundó el famoso semanario humorístico Morrocoy Azul. Se dedica a la escritura, la novela, poesía y humorismo.

Miguel Otero Silva junto a su esposa y sus hijos Mariana y Miguel Henrique

Primeros poemas

MOS comenzó a estudiar ingeniería en la Universidad Central de Venezuela, pero no se graduó. Escribió sus primeros poemas influidos por los poetas Rubén Darío y Amado Nervo. Sus primeros versos aparecieron en la revista Élite y luego participó en la edición del periódico humorístico Fantoches. Con José Antonio Ramos Sucre y Antonio Arráiz editó la revista literaria vanguardista Válvula.

MOS sus obras y mundo editorial

Con su padre fundó en 1943 el diario El Nacional, que dirigió inicialmente Antonio Arráiz y en donde Otero Silva fue jefe de redacción. Escribió Casas Muertas, ambientada en la región llanera de Parapara de Ortiz, novela con la cual ganó el Premio Nacional de Literatura en 1956.

A raíz de la caída de la dictadura militar fue electo senador por el Estado Aragua en 1958 y dirigió El Nacional.

En 1961 publicó Oficina № 1, en la cual narraba la fundación de El Tigre como enclave petrolero. En 1963 publicó La Muerte de Honorio, que describe los horrores de la dictadura y la opresión. Las Celestiales, una selección de caricaturas y poemas satíricos, que fueron protestados por la Iglesia, se publicaron en 1965.

En 1967 fue electo Individuo de Número de la Academia de la Lengua. Su novela Cuando quiero llorar no lloro, salió al público en 1970 y fue llevada al cine.

Un año después dio a conocer la extraordinaria novela Lope de Aguirre, Príncipe de la Libertad, en la cual narró la vida de este aventurero español que desafió al Rey con sus marañones. Obtuvo el premio de literatura soviético de 1980. Un año antes de morir se presentó al público su última novela, el hermoso relato: La Piedra que era Cristo, una especie de evangelio según Miguel Otero.

MOS tuvo una excelente vena poética y literaria. Se le ve junto Picón Salas-y Rómulo Gallegos

 

Escritor, periodista y poeta

En el mundo periodístico MOS, es ambientado como un periodista de primera fila y en todo momento, a cualquier hora, versátil, apasionado hasta la obsesión.

En una oportunidad escribió que la literatura y el periodismo siempre había navegado juntos en su sangre: “Cuando he trabajado como periodista ha procurado hacerlo sin escamotear mi condición de escritor, y cuando escribo novelas y poemas no logro arrancarme, ni deseo arrancarme, mis mañas de periodista”, (El Nacional, 1980)

MOS el escritor, descubrió su estilo en el desempeño periodístico cuando lo hacía tratando de darle la calidad de una obra literaria.

Solía definirse, como un poeta esencialmente español en sus medios de expresión, la cual era como una consecuencia de la evolución española y latinoamericana, y del reflejo lógico y legítimo de los poetas que utilizaban otra lengua sobre el verso castellano: “Me da la impresión que de que nuestro puestas más jóvenes tratan de apartarse a toda costa, como de un pecado, de las raíces esenciales de la poesía castellana” (Sobre la mar que es el morir, 1965).

Un año antes de su muerte, el 28 de agosto de 1985 en Caracas, presentó públicamente su última novela: “La Piedra que era Cristo”, una especie de evangelio según el propio MOS la describió.

Hoy cuando celebramos un año más del natalicio de este ilustre venezolanos, hay que decir que, Miguel Otero Silva, fue un escrito de fina pluma, poetas de prosas exquisita, un humorista nato e incisivo, además de caracterizarse como un político muy audaz, pero sobre todo, un hombre apasionado de su oficio, en el cual supo desarrollar una fructífera, emblemática y renovadora trayectoria en la literatura, la novela, poesía, humorismo y periodismo venezolano.

 

Miguel Otero Silva junto a su esposa María Teresa Castillo

Miguel Otero Silva, Carlos Larrazábal y Cuto Lamache

Miguel Otero Silva con Juan Liscano y Cuto Lamache en el Archivo El Nacional (1958)

De izquierda a derecha, Pablo Neruda, León de Greiff y Miguel Otero Silva, y su esposa María Teresa Castillo

Portadas de algunas de sus obras literarias

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