Ciudad de México, 16 jul (EFE).- La detención en México del capo Rafael Caro Quintero, tras casi una década prófugo, ha sacudido al país y provocado presión por la petición de extradición inmediata por parte del Gobierno de Estados Unidos.
“Pediremos su extradición inmediata (de Caro Quintero) a Estados Unidos para que sea juzgado por sus crímenes en el mismo sistema de justicia que el agente especial Camarena murió defendiendo”, indicó este viernes el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland.
Caro Quintero es un capo mexicano acusado en la Unión Americana por el secuestro, tortura y asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente especial de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, en inglés) en 1985.
El Gobierno de México informó el viernes de la detención de Quintero en la comunidad de San Simón, en el municipio de Choix, Sinaloa, al norte de México.
EMBAJADOR PRECISA QUE EE.UU. NO PARTICIPÓ EN LA CAPTURA
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, aclaró este sábado que ningún elemento del Gobierno de Joe Biden intervino en la detención del capo mexicano Rafael Caro Quintero.
“Para aclarar, ningún personal de los Estados Unidos participó en la operación táctica que resultó en el arresto de Caro Quintero: la aprehensión de Caro Quintero fue realizada exclusivamente por el gobierno mexicano”, afirmó el embajador en un comunicado.
Las declaraciones de Salazar se dan luego de que la DEA afirmara que la detención del narcotraficante mexicano se dio entre agentes estadounidenses y elementos de México.
“Hoy, nuestro increíble equipo de la DEA en México trabajó en conjunto con las autoridades mexicanas para capturar y arrestar a Rafael Caro Quintero”, informó Anne Milgram, jefa de la DEA, a través de un comunicado interno.
MÉXICO TIENE LA CAPACIDAD DE CAPTURAR A CUALQUIER CAPO
Andrés Sumano, especialista en temas de seguridad del Colegio de la Frontera Norte (Colef), señaló que la extradición inminente de Caro Quintero, refleja la capacidad que tiene el Gobierno de México para capturar a cualquier narcotraficante.
“Evidentemente el Gobierno mexicano, la marina y el ejército mexicano tienen las capacidades para detener a cualquier criminal en el país, eso queda claro”, señaló el experto.
Sumano abundó que “si se dan o no se dan detenciones tiene que ver más con un tema de voluntad política”, pues dijo que “el presidente Andrés Manuel López Obrador no cree en las grandes detenciones como mecanismo para reducir la violencia”.
Indicó que con esta detención se calman ciertas presiones de Estados Unidos sobre México en temas de seguridad, así como que dejó satisfechos a ciertos grupos criminales como el Cartel de Sinaloa, los Salazar, y principalmente dijo a los Chapitos, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, hoy preso en una prisión estadounidense de máxima seguridad.
El experto dijo que, aunque Caro Quintero no regresó a un cartel tenía influencias en el Cartel de Caborca, que operan sus sobrinos sobre todo en Sinaloa, donde se disputan el territorio con los Salazar y los Chapitos.
Además, el embajador Salazar indicó que “el arresto de alguien que durante mucho tiempo aterrorizó a los ciudadanos mexicanos y está implicado en la tortura y muerte de un agente de la DEA es un hito no solo para nuestros gobiernos, sino también para la gente de nuestros países”.
“La operación exitosa de México ejemplifica lo que podemos lograr al trabajar juntos para salvaguardar a los ciudadanos de México y los EE. UU.”, abundó.
De otro lado, Javier Oliva, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que la detención del capo mexicano abona al argumento del presidente mexicano de que es más importante el trabajo de inteligencia.
“Como se le detuvo sin disparar un tiro (a Caro Quintero) entonces va en abono al argumento de que son más importantes y efectivos los trabajos de inteligencia que la confrontación con armas de fuego”, afirmó.
El presidente López Obrador ha sostenido en diversas ocasiones que su política de seguridad se basa “en abrazos y no balazos” frente a la delincuencia, el crimen y el narcotráfico.
CAPO DISMINUIDO
Oliva dijo que después de 28 años en la cárcel, el peso de Caro Quintero “en el ambiente de las drogas en México era bastante reducido”.
Sumano coincidió en que fue una captura simbólica al no ser de los narcotraficantes mexicanos más relevantes en la actualidad.
“No es Mencho (líder del Cártel Jalisco Nueva Generación), no es el Mayo Zambada (capo del Cártel de Sinaloa), no son los chapitos, pero es una figura que de alguna manera en esa zona de Chihuahua, Sonora, Sinaloa, sí tenía relevancia”, comentó.
En 2021, un tribunal federal le dio un revés definitivo al narcotraficante mexicano y le negó un amparo contra la orden de detención provisional con fines de extradición a los Estados Unidos, donde se le busca por ocho delitos, entre ellos el asesinato del agente Camarena.
Ello, al determinar que el denominado «narco de narcos» y sus abogados utilizaron tácticas retardatorias que impedían la administración de justicia y la solicitud de extradición desde 2014.