Yanara Vivas SNTP 6961 /CNP 16770
Durante la última semana, el estado Mérida, se ha visto de nuevo afectado por gran cantidad de problemas sin resolver, especialmente en cuanto a servicios públicos se refiere.
Cortes eléctricos, de hasta cuatro horas, afectan los diferentes sectores de la ciudad y de los municipios, incluso por dos, tres ocasiones al día, sin que los sectores priorizados escaparan a los apagones. Comunidades como Caño Seco, sufrieron más de seis días sin el servicio, afectando la cotidianidad de los habitantes.
En la ciudad de Mérida, el centro no ha escapado de verse obligado a bajar sus santamaria al no poder procesar posibles ventas, afectando la economía, dañando mercancía que requiere refrigeración, logrando “incomunicar las comunicaciones” pues una simple llamada telefónica o cancelar a través de los puntos móviles es prácticamente imposible.
Las fluctuaciones eléctricas, ya están dando al traste con los artefactos eléctricos, al no lograr los responsables del servicio, estabilizar el voltaje, cuando hay luz, reventando bombillos, quemando neveras, pues ni los bombillos mas costosos, ni los reguladores de corriente, aguantan los bruscos cambios de voltaje.
La gasolina sigue escasa. Si bien pareció tener un respiro, las colas se mantienen aun después de los días de asueto por Semana Santa, lo que hace entender que no esta llegando el combustible necesario, a pesar de mantenerse abiertas buena cantidad de estaciones de servicio.
Del agua ni hablar. Las autoridades han mostrado los daños en las plantas potabilizadoras y los arduos trabajos de limpieza, sin embargo, las soluciones no avanzan, colapsando de barro las tuberías de agua potable en los hogares, al asomarse la lluvia.
La vialidad es otro tema estresante para las autoridades y usuarios, pues al asomar las primeras gotas de lluvia, es necesario bloquear los pasos por prevención, especialmente por los túneles y en el paso de Onia, en el municipio Alberto Adriani.
Los huecos son otro tema de nunca acabar, pues aun falta mucho para contar con calles, avenidas y vías en condiciones optimas para el transito vehicular y peatonal, pues al esquivar los huecos los vehículos deben realizar maniobras que pueden poner en riesgo la vida de los peatones o ciclistas que caminen o transiten alrededor.
A pesar de ello, los ciudadanos y comerciantes, continúan trabajando, reinventándose para sacar adelantes sus familias y la región.