Madrid, 28 may (EFE).- El español Antonio Miguel Mateu Lahoz, que dirigirá la final de la Liga de Campeones que disputarán este sábado en Oporto el Manchester City y el Chelsea, aseguró que «el arbitraje es felicidad».
«Intento sonreír y hacerlo lo mejor posible. Tengo mucha suerte de hacer algo que me gusta. Y cuando tu trabajo es una pasión, es imposible pedir más…», afirmó en una entrevista a la web de la UEFA, en la que apuntó que cada momento que vive como colegiado «es increíble» y que es «muy afortunado» haciendo lo que le gusta.
«Creo que la clave para ser árbitro es ser siempre uno mismo. Cuando arbitras un partido, te haces cargo de muchas personalidades diferentes. Eres parte del juego, y creo que parte de tu trabajo es intentar ayudar a los jugadores y a los entrenadores. Si puedes hacerlo y estar relajado, entonces los relajarás a ellos, podréis comunicaros juntos y tomar decisiones será mucho más fácil», argumentó.
«Sinceramente, nunca imaginé que, algún día, arbitraría una final de la Liga de Campeones», indicó el valenciano, quien fue cuarto árbitro en la final de 2019, que dirigió el esloveno Damir Skomina, y en el que se enfrentaron otros dos equipos ingleses, Liverpool y Tottenham, en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
Mateu Lahoz será el cuarto árbitro español que arbitre la final de la máxima competición continental, tras José María Ortiz de Mendíbil (1969), Manuel Díaz Vega (1996) y Manuel Enrique Mejuto González (2005).
Dentro de una familia con tres hermanas y dos hermanos, el mayor, según reconoció, fue «una gran influencia» para animarse a ser árbitro. «Mi madre, la capitana de nuestro ‘equipo familiar’, siempre me sigue. Si ve que sonrío antes de un partido, se alegra, y siempre me mira a la cara después del pitido final. Si todo ha ido bien, se siente aliviada por mí. Siento el apoyo de mi familia, y eso me ayuda a tener un equilibrio importante», explicó.
Mateu Lahoz recordará este sábado también a su padre, que falleció cuando era pequeño: «Levantaré la vista y pensaré en él. Siento que he tenido la suerte de estar sano y en forma que él no tuvo. Siento que me protege todo el tiempo. Es un sentimiento especial. Me empujó y me animó. ‘Vamos, puedes… si lo quieres, puedes conseguirlo’, me decía. Sé que siempre me apoya», declaró.
En Do Dragao estará asistido en las bandas por Pau Cebrián Devis y Roberto Díaz Pérez del Palomar, mientras que otro español, Carlos del Cerro Grande, será el cuarto árbitro; Alejandro José Hernández Hernández será el VAR, en el que estará acompañado por Juan Martínez Munuera e Íñigo Prieto López de Cerain. El polaco Pawel Gil completará la formación en el videoarbitraje.
En este sentido, recalcó que no hubiera llegado a esta etapa de su carrera sin su equipo: «Hablamos entre nosotros, nos animamos, confiamos en los demás, todos conocemos los puntos fuertes de cada uno. En la final, cuando salgamos juntos del vestuario y vayamos al campo a calentar, ese será el momento en el que nos miremos a los ojos y nos digamos ‘estamos aquí de verdad… vamos, disfrutemos del momento, y hagamos entonces el mejor partido posible'».
«De hecho, se podría ver de esta manera: un equipo de fútbol tiene 11 jugadores… y nosotros tendremos nuestro propio equipo arbitral de 11 personas: el árbitro, dos asistentes, un cuarto árbitro, cuatro colegas que participan en el sistema de árbitros asistentes de vídeo (VAR), técnicos, un monitor. Once personas en nuestro equipo, involucradas en una situación especial y decididas a hacerlo lo mejor posible…», apuntó.
Mateu Lahoz señaló que el hecho de haber sido elegido también para la Eurocopa es «otro regalo», por lo que están «emocionados por pasar otro verano involucrados en algo que es importante» para su equipo.