Wolfgang J. Flores A *
La expresión “Hasta el Final”, que ha puesto en boga María Corina Machado, no debe tomarse como un simple eslogan publicitario de su campaña electoral. Esa expresión constituye por sí misma, un verdadero desafío a la adversidad que desde hace 25 años viene padeciendo el pueblo venezolano. ¡Un cuarto de siglo perdido! Botado por la borda de un buque que se bambolea a la deriva en un mar agitado, que otrora lucía en calma esperanzadora.
Esas primarias democráticas que ha sido cuestionada por el gobierno y también por opositores a ese gobierno; ha puesto en alerta a los falsos demócratas que ven en María Corina un óbice a sus sórdidas aspiraciones de poder, apoyándose en el tema de la inhabilitación.
Todos; magistrados de respetable ilustración, magistrados de incierta legitimidad, abogados egresados de reconocidas universidades; abogados egresados de otras ”universidades”, estudiantes de Derecho y el universo entero, sabemos que la aludida inhabilitación de María Corina, es una burda patraña política; pues dista mucho de ser una verdadera sanción jurídica.
Aquí no nos vamos a detener a analizar las razones que hacen que esa tan promocionada inhabilitación sea temeraria, ilegal e inconstitucional; pues renombrados jurisconsultos venezolanos ya se han pronunciado al respecto; entre ellos el recién fallecido Román Duque Corredor.
Sin embargo, no debemos permanecer indiferentes a esa fáctica argucia política; porque está ahí, obstruyendo el derecho que tenemos los venezolanos a elegir a quien nos represente en la primera magistratura nacional, enmarcado dentro de un contexto democrático y, por ende, de libertad.
Hagamos un ejercicio de imaginación ubicándonos en el siguiente escenario: el calendario del Consejo Nacional Electoral marca la oportunidad para que los candidatos a la presidencia de Venezuela, se inscriban. María Corina se presenta con su cédula de identidad. El funcionario que la recibe, impertérrito le informa que no puede proceder a su inscripción. –¿Y por qué no me puede inscribir? –pregunta ella. –Porque la máquina la rechaza– contesta el funcionario, informándole seguidamente que “usted está inhabilitada”.
¿Qué hacer frente a esta situación? Acudir por ante el órgano jurisdiccional competente, recomendarán algunos. Eso está bien; pero ya no habrá tiempo suficiente para lograr una respuesta favorable en derecho.
En tal sentido y siendo como es, que al día de hoy todavía estamos a tiempo, yo me permito, con el debido respeto, sugerirle a nuestra candidata María Corina que ordene a su equipo de asesores jurídicos, los que deben ser muchos y muy calificados, para que desde ya acudan a los tribunales competentes a indagar cuál es, si es que existe, la dificultad que afecta su derecho a su legítima aspiración a ser elegida presidente de la república.
Un derrotero, unas ansias, una meta que, en algún momento de la vida, todos nos planteamos como una solución para satisfacer nuestras legítimas aspiraciones.
*Abogado MSc. En Planificación Global.