Todos los 24 de mayo, los católicos del mundo celebran la fiesta a la Virgen en su advocación de María Auxiliadora, que tiene su origen en 1814, cuando el Papa Pío VII ofreció a la Madre de Dios declarar esta fiesta si era liberado de su prisión ordenada por Napoleón. María es madre y maestra de todos los cristianos por sus grandes enseñanzas a Jesús.
La mejor manera de parecerse a Jesús y a María Auxiliadora es donándose. Donándose a la familia, a los vecinos, al más necesitado, de esta manera aprendemos a ser auxiliadores y acercar a esa persona que está necesitada a Jesús, es así como nos podemos parecer a María.
En 1860, la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de “Auxiliadora”, y le señala el sitio para que construya en Turín, Italia, su Santuario.
Don Bosco ha sido, en la historia de la Iglesia, el gran apóstol de María Auxiliadora. Él solía decir: “Confíen en María Auxiliadora y verán lo que son los milagros”.
La Virgen María siempre estuvo presente en la vida de San Juan Bosco, gracias a que su madre, Mamá Margarita, le inculcó ese amor y esa devoción por la Virgen en las oraciones y en la vida diaria. Desde el principio ella fue el centro de toda su obra.
Bondad y bendición
El significado de María Auxiliadora para los Salesianos. Para un Salesiano, antes de entrar a una casa Salesianos, ya ama a María Auxiliadora, la experiencia que hace vivir en una parroquia y la cercanía a la maternidad de María en la advocación de Auxiliadora es, sublime, es una advocación maravillosa que Don Bosco hacía sentir en sus oratorios, a sus muchachos sobre la vida de esta madre. Todos llevamos esa experiencia bonita de encontrarnos con María Auxiliadora. María es, la espiritualidad Salesiana hecha Virgen con derrote de amor, bondad y bendición.
BAJO EL
SAGRADO MANTOQuien se forma bajo el manto de María Auxiliadora no sólo obtiene un bagaje de conocimientos sino, además, recibe la gracia de la espiritualidad salesiana, caracterizada por la alegría de los hijos de Dios