Docentes provenientes de las escuelas de los municipios Valera y Urdaneta, protestaron con pancartas en la avenida Bolívar de la ciudad, este jueves 14 de febrero. Acción realizada para exigir mejoras salariales y el cumplimiento de la segunda convención colectiva, aprobada en marzo de 2018.
Desde las nueve de la mañana, los maestros acataron la convocatoria de los sindicatos trujillanos y se concentraron en los alrededores del boulevard El Ajedrez. A las diez comenzaron a trancar el paso de la vía principal, de manera intermitente y aprovechándose de la luz roja del semáforo. Bajo la consiga de “Maestro que lucha, también educa” los docentes llamaron la atención de conductores y transeúntes, hasta el mediodía, cuando se retiraron de manera pacífica.
Nuevas formas de acoso
Los educadores aprovecharon el momento para denunciar públicamente las nuevas formas de acoso y amedrentamiento laboral, de parte de la Zona Educativa, desde que iniciaron las manifestaciones y las asambleas. A los decentes les abren averiguaciones administrativas y le regulan la asistencia.
Ángela Moreno, profesora de la escuela Miraflores, de la parroquia Jajó, del municipio Urdaneta, explicó que en su institución, la directiva ha implementado una planilla de descuento.
“Una supuesta planilla de descuento. Así trabajemos medio día, nos van a descontar el día. Así vayamos a la escuela, para ellos eso no lo vale. Dicen que nos van a descontar, pero si ya tenemos todo perdido. Yo debería estar ganando cuatrocientos mil bolívares, según la tabla y lo que gano son veintiocho mil bolívares”, declaró.
Marisela Espino del liceo Luisa Cáceres de Arismendi de la parroquia Tuñame, en el municipio Urdaneta, comentó que la mayor violación cometida contra los docentes es el detrimento de su calidad de vida.
“El sueldo no nos alcanza para cubrir nuestras necesidades básicas. Los de Urdaneta estamos muy alejados de la ciudad, carecemos de un transporte y la infraestructura también está mal. El liceo no ha sido reinaugurado y las carencias son mayores, todavía tenemos estudiantes sentados en el piso y aún así continuamos nuestra labor de servicio con vocación, responsabilidad y compromiso con esa población estudiantil que tanto lo necesita”, expresó Espino.
Este tipo de denuncias, que han sido copiladas y llevadas ante el Ministro de Educación, son más agresivas en las zonas rurales, como contó Ilda Pérez, docente de la escuela Francisco Briceño Araujo de la parroquia la Mesa de Esnujaque. Los representantes se sumaron a los docentes para exigir la renuncia de la administración, debido al maltrato que recibían de ellos y de los supervisores del circuito.
Por ocho días cerraron la escuela y recibieron la visita de la Policía de Trujillo, la Guardia Nacional y hasta de una comisión del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. Pese que la acción parecía arbitraria, no le negaban el acceso a los niños, quienes recibían clases. Quince días después lograron el cambio de la dirección y están a la espera de la selección de una nueva.
Otras protestas
El municipio Valera no fue el único con manifestaciones de los docentes, pues también se desarrollaron asambleas y acciones de calle en los municipios Escuque, Rafael Rangel, los municipios del Eje Panamericano y algunas localidades rurales de Urdaneta.