El Maestro José Antonio Abreu es un icono de amor y trabajo en Venezuela, cambió para bien la vida a miles de niños con El Sistema, un modelo educativo y a través de la música inculcó valores de respeto y solidaridad. Este valerano universal, insistió en mantener su nombre “bajo perfil” ante el fenómeno mediático.
Elvins Humberto González
elvins2020@hotmial.com
Hace un año cambió de paisaje el Maestro José Antonio Abreu, quien nació en Valera, el 7 de mayo de 1939 y desde temprana edad demostró su sensibilidad musical y artística.
El sábado 24 de marzo de 2018, luego de estar varios meses con fuertes quebrantos de salud, falleció próximo a cumplir 79 años, convirtiéndose en un forjador que trazó el futuro a través del arte. Se nos fue un gran visionario.
Su férrea vocación de servicio al país, su inquietud y rebeldía frente a los fenómenos de desequilibrio social que le impulsó, a los 35 años de edad (1975), a concebir un proyecto en el que pudiera sintetizar y canalizar de manera ingeniosa y nacionalista, la experiencia y los conocimientos alcanzados en el campo económico, gerencial, pedagógico, y por supuesto, musical, que se forjó prácticamente desde su adolescencia.
El Maestro José Antonio Abreu es un icono de amor y trabajo en Venezuela, cambió para bien la vida a miles de niños con El Sistema, un modelo educativo y a través de la música inculcó valores de respeto y solidaridad en los más de 500 mil niños y jóvenes que conforman el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles y Coros de Venezuela, y que cada día se constituyen en el estandarte nacional a nivel internacional.
Han transcurrido más de cuarenta años desde que el nombre de José Antonio Abreu comenzó felizmente, la vida de algunos venezolanos; eran aquellos pocos pero fervorosos hacedores del arte, filántropos de convicción y también jóvenes músicos que se apasionaron con su propuesta verdaderamente revolucionaria que, de prosperar, echaría al traste con todo lo impuesto, hasta ese momento, en conservatorios y orquestas, en conciertos y en escenarios del país. Ese nombre y apellido se hizo luz y motor indispensable para la cultura nacional; su figura y personalidad se tornó en un regalo y bendición para millones de compatriotas.
Su nombre y apellido se hizo luz y motor indispensable para la cultura nacional.
Valerano universal
Este valerano universal, insistió en mantener su nombre “bajo perfil” ante el fenómeno mediático, otorgándole siempre mayores méritos
y presencia a sus “muchachos”, a sus profesores, a sus compañeros, subalternos y gerentes, promoviendo en primer plano los logros colectivos y el de sus orquestas, antes que a los de su persona.
Educador de grandes valores. El Maestro Abreu se entregó por completo a brindar apoyo a miles de niños y jóvenes, se convirtió en un educador de grandes valores.
Mensajero de Jesucristo
Siempre decía que se consideraba un humilde mensajero de la doctrina de Jesucristo. Para él la doctrina de Cristo, el ideal de Cristo, bastaba para conseguir un sentido a la vida, al destino, a la existencia y a la acción. Y el propósito de cualquier filosofía tendría que ser precisamente aportar una orientación al hombre, darle un sentido a la vida del hombre.
De modo que su filosofía fue la de un mundo apasionante porque a través de la vía filosófica iba encontrando cada vez más el mensaje de Cristo, reinterpretado y vitalizado infinitamente a través del pensamiento contemporáneo.
Su sentido como educador, le hacía sentir responsable de sus alumnos y esa responsabilidad lo fue llevando a la entrega total y absoluta. Esa dedicación le llenó, y esa es la razón de ser del sacerdocio. Por lo tanto la vida debe ser un sacerdocio, desde cualquier condición.
Su creación
Fue en 1975 cuando fundó y dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (Fesnojiv), que es una red de orquestas infantiles, juveniles y coros que involucra cerca de 500 mil jóvenes músicos.
Siervo ideal y sublime
Fue un siervo ideal, sublime e insuperable de Dios. Y el gozo mayor de esta vida consiste precisamente en vivirla como músico; porque la música es un mundo de altísima proximidad a la esencia de Dios. De tal manera que servir al Señor en el seno del ejercicio de un arte que lo refleja a él, de una manera tan fundamental y tan hermosa e indescriptible, era para él la felicidad de su vida.
Dejó un extraordinario legado, un historial de mucha riqueza intelectual y musical.
40 años del
Premio NacionalHace 40 años recibió el Premio Nacional de Música en 1979 por su trabajo en El Sistema. Bajo la dirección de Abreu, El Sistema ha participado en programas de intercambio y de cooperación musical con países de todo el mundo. La Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil debutó el 30 de abril de 1975, y que tenía figura legal desde el 12 de febrero de ese mismo año. Es decir que este próximo 30 de abril se cumple 44 años de creada. Dirigió la orquesta por 15 años y luego se dedicó a su consolidación.