La madre de Luigi Ovalles, asesinado presuntamente por colectivos, le pide al gobierno de Maduro que deje de “servir abiertamente a satanás y a la santería”. Asegura que no ha recibido comunicación del gobierno, pero tampoco quiere que suceda, “no, no, gracias a Dios”
Julieta Ovalles, esperaba el cuerpo de su hijo a la salida de la morgue del Hospital Central, la última vez que lo vio fue el 23 de enero, cuando se disponía a ir a la primera marcha a la que asistiría en su vida.
Luigi Ovalles Guerrero, más nunca volvió de esa marcha celebrada en San Cristóbal. Su sueño de ser periodista quedó congelado, una bala cegó su vida justo cuando se encontró con los motorizados que interrumpía la concentración de la oposición del pasado miércoles, desarrollada en la séptima avenida de San Cristóbal, donde todo transcurría en paz y tranquilidad y nadie advirtió que hombres armados y vestidos de civil saldrían a matar.
“Eran las cuatro de la tarde y él había salido a marchar a las 10 de la mañana, pero no aparecía. Me vine al hospital con mi mamá y en la morgue lo identificamos”.
Julieta Ovalles escuchó la noticia que había dos muertos y por eso acudió angustiada al hospital.
“Solo llevaba un termo de agua y una mandarina”
Relata que como venezolana y madre siente un dolor inmenso. “era hijo único… bueno que Dios tenga misericordia de quienes le hicieron eso, porque lo que siembra eso recogen”.
Luigi no estaba de acuerdo con la violencia, dice su madre que la rechazaba, pero fue esa violencia desmedida e irracional la que lo mató, “era la primera marcha a la que iba y fue la última. Pero, se dijo que esa marcha era pacífica y salían los vecinos en familia y no esperábamos eso, que iban a salir a darle tiros a la gente”.
¿Y con quién salió su hijo a marchar?
-“Solo. Me dijo que iba a marchar solo, porque ningún amigo había contactado con él. No llevaba celular, ni la cédula, ni nada, solo un termo de agua y una mandarina”.
Su madre asegura que Luigi se fue a la marcha porque quería ser uno más que mostraría su descontento con el gobierno. “Quería que se sintiera, porque son muchas las personas descontentas… yo no le dije que no fuera, veía que salían los vecinos y hasta niños”.
¿Quién cree es el responsable de esa muerte?
-“El diablo en primer lugar, el odio, la división que hay en nuestro país, la lucha por la ambición y el poder. Que Dios tenga misericordia y haya reflexión en el corazón, porque así con tanto odio, con tanta injusticia y con tanta ambición por el poder y por el dinero que da el poder, así no. Por eso el país se está hundiendo”.
¿Qué le diría usted al asesino de su hijo si lo tuviera en frente?
-“Que Dios lo perdone y tenga misericordia de él”.
¿Qué pide usted?
-Que haya justicia en este país… que cese la agresión y la mortandad. Que el gobierno nacional deje de estar incitando al odio y deje de estar enviando esos colectivos contra la gente, porque la gente no está armada”.
Julieta también solicita al gobierno de Maduro que deje de servir “abiertamente a satanás, a la santería y que proclame a Dios”.
Asegura Ovalles que nadie del gobierno nacional ha establecido contacto con ella, “no, no, gracias a Dios”, y al preguntarle si el llamado protector del Táchira, Freddy Bernal se ha comunicado, responde: “No, no a ese menos, ni que se dirija a mí. Dios lo mantenga lejos de nosotros”.
Un periodista en formación
Luigi Ovalles Guerrero, en poco tiempo sería periodista había pasado al quinto año en la Universidad de Los Andes y siempre había sido buen estudiante, dedicado y respetuoso con todo su entorno, así lo describe su madre y sus amigos.