Caracas, 28 jul (EFE).- El liderazgo de los dirigentes venezolanos María Corina Machado y Edmundo González Urrutia ha estado a prueba desde el 28 de julio del año pasado, cuando denunciaron fraude en las presidenciales celebradas en esa fecha, y, un año después, ambos mantienen una «base de apoyo importante», según analistas políticos consultados por EFE, aunque advierten un «desgaste» en la opinión pública opositora.
Hace un año, Machado aseguró que el «nuevo presidente electo» de Venezuela era González Urrutia, abanderado de la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), pese a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) -controlado por rectores afines al chavismo- proclamó la victoria del mandatario Nicolás Maduro.
Tras la denuncia de «fraude», cientos de ciudadanos se volcaron a las calles para protestar en contra del resultado oficial que, posteriormente, fue avalado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
En la actualidad, el exembajador vive exiliado en España y la exdiputada se mantiene en la clandestinidad.
«Ellos siguen teniendo un liderazgo, quizás el liderazgo más sólido de la sociedad venezolana, lo cual no quiere decir que ellos en sí estén mejor de lo que estaban antes, porque yo creo que lo que pasó el 28 de julio, definió un antes y un después», explica a EFE la consultora política Carmen Beatriz Fernández, directora de DatastrategIA.
Para ella, lo ocurrido «fue un parteaguas de la vida nacional».
Incidencia interna en merma
González Urrutia llegó a España en septiembre del año pasado y ha viajado desde entonces por distintos países de Europa y América para aglutinar apoyos a favor de su causa, mientras que Machado fue vista por última vez públicamente el pasado 9 de enero en una manifestación en Caracas, un día antes de la toma de posesión de la Presidencia, que asumió Maduro.
Tras salir de la manifestación, Machado fue «retenida», luego de ser «interceptada y tumbada de la moto en la que se trasladaba», según denunció entonces el equipo de la oposición.
Desde entonces, la exdiputada se dirige a sus seguidores a través de las redes sociales, con publicaciones, comunicados y videos, así como en entrevistas para medios internacionales.
Sobre esto, el politólogo Ricardo Ríos indicó a EFE que la incidencia de ambos líderes a lo interno del país se ve «mermada», ya que consideró que «en Venezuela no hay una libertad de expresión lo suficientemente amplia como para que la opinión política de un líder se convierta en acción política».
«Pero ambos, lo que yo creo, es que deberían avanzar en la organización de sus ideas a través de la gente, por encima de la represión, que no es pequeña, y por encima de las restricciones institucionales», añadió.
Por su parte, el politólogo y subdirector del Centro Gumilla, Piero Trepiccione, consideró que los opositores deben operar en diferentes frentes.
«Apostar a un solo formato de liderazgo o de narrativa es un gran error en contextos tan hostiles, tan complicados, tan restrictivos», reflexiona.
Una estrategia «más allá del voto»
Tras la denuncia de «fraude» en las presidenciales, de las que el CNE no ha publicado hasta la fecha los resultados desglosados que confirmen el triunfo de Maduro, estos líderes opositores rechazaron participar, como cabezas de la mayoría opositora, en las elecciones regionales del pasado 25 de mayo.
Un sector de esta coalición se deslindó de esta idea y se postuló a los comicios, en los que la oposición solo consiguió una Gobernación y 29 escaños de 285 en el Parlamento nacional.
La PUD también rechazó acudir a los comicios municipales que se celebraron este domingo, en los que el chavismo, según destacó Maduro poco después de conocerse los primeros resultados, ha conseguido al menos 285 alcaldías de un total de 335 en disputa.
A juicio de Carmen Beatriz Fernández, los líderes opositores no deben tener un pensamiento dicotómico sobre participar o no en unas elecciones pese a que, subrayó, en Venezuela se «anuló el sentido que tiene votar».
«No necesariamente tienes que dejar de participar, sino que tienes que construir una estrategia que te permite pensar más allá de votar o no, una estrategia más integral (…) que te permita además sorprender al adversario, que te permita rescatar el sentido de lo político y de lo democrático, aun en un contexto autoritario», sostuvo.
Fernández considera que el liderazgo opositor se ha debilitado, pero advierte que el Gobierno de Maduro «tampoco está mejor desde el punto de vista de su estabilidad institucional».
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