Comprar todos los espacios donde hay cuencas de abastecimiento de agua en Seboruco, reforestarlos y convertirlos en destino turístico para frenar la contaminación hídrica que hay en esta localidad producto de la actividad ganadera, es la meta que se ha propuesto el alcalde de dicho municipio de la montaña tachirense, Luisnel Guerrero.
Guerrero destacó que, desde hace más de 32 años de autonomía municipal, de haberse separado del municipio Jáuregui, en Seboruco han consumido agua de las cuencas del sector Siscatera. Se trata de cuencas privadas en las que nace el agua del municipio, pero como el ganado está en la cima de la montaña dejan sus excrementos y bajan hacia las captaciones de agua que consumen más de 13.000 habitantes.
“En esas montañas privadas crían ganado. Como son montañas faldosas, el ganado cuando está en la cima de la montaña hace sus necesidades. A lo que llueve, el excremento, los orines, bajan hacia donde nosotros consumimos y captamos el agua. Por eso dimos un paso al frente y hemos dicho, vamos a cambiar esta realidad que han vivido los seboruquenses durante tantos años, vamos a proponernos”, expresó.
Desde hace dos meses la administración municipal se propuso comprar las cuencas, las fincas donde están los nacientes de agua. Hicieron una vendimia y recaudaron 8.000 dólares, con apoyo de los seboruquenses que están dentro y fuera de Venezuela. Con esta cantidad de dinero, cancelaron el 55% de las 111 hectáreas de la finca Los Monos, uno de los sectores que integran el proyecto. La inversión general es de 15.000 dólares.
“Antes de la vendimia estábamos hablando de 20.000 dólares las 111 hectáreas. El dueño ha visto el gran trabajo que llevamos, él además de ser seboruquense, estuvo presente en la primera vendimia, vio el trabajo que hicimos, y llegamos al convenio de 15.000 dólares. Con el pago de los 8.000 hacen falta los 7.000 que estamos pronto a recaudar”, dijo.
Destacó Luisnel Guerrero que durante años los habitantes de Seboruco han padecido hepatitis, diarrea y problemas gastrointestinales que creen son producto del consumo de esas aguas contaminadas, pero no ha sido verificado. “Sin embargo, hay estudios del agua donde nos demuestra lo que estamos diciendo, pero eso va a cambiar”, acotó.