México, 13 feb (EFE).- Debajo del tatuaje con forma de rosa que cubre una costilla de Elizabeth Lara hay una historia de desamor que la ha convencido de una cosa en la vida: los tatuajes de pareja son errores que tarde o temprano se pagan.
«Cuando estoy en las clínicas escucho cosas muy divertidas. Hubo una chica que se iba a casar con Luis, y en el empeine tenía tatuado Pedro. Nos decía, ‘mi futuro marido paga lo que sea que tengan que hacer pero quítenme este nombre antes de la boda», recuerda.
Siete de cada diez tatuajes de rupturas amorosas se eliminan con láser, afirma Samantha Guevara, fundadora de la clínica removedora de tatuajes MissInk.
Los datos del tatuador Josafatt Medellín Ramírez son similares, de diez tatuajes de pareja que realiza entre ocho y nueve serán tapados por él mismo una vez que el amor termine.
AMOR ETERNO
Elizabeth estaba enamorada pero no convencida de tatuarse con su novio. Llevaba ocho meses de relación cuando él propuso tatuarse sus iniciales y tanta fue la insistencia que en aras del amor terminó cediendo a la presión.
«Ahora me doy cuenta que fue muy pronto, pero enamorada y joven haces locuras. No estaba segura, pero me convenció y dije, ‘no pasa nada, esto va a ser para siempre, nos amamos'», cuenta este sábado en entrevista con Efe previa al día de San Valentín.
Las iniciales de ambos quedaron plasmadas en un tatuaje que decía «E+E» y ambos juraron nunca borrarlo.
Dos años más tarde la relación terminó de forma abrupta pese a la negativa de Elizabeth de separarse.
Después ver el tatuaje en su costilla le generaba mucha vergüenza, dolor y enojo. «Siempre que me salía de bañar me veía en el espejo y decía ‘ay no, qué tonta'», relata.
La promesa de mantener el tatuaje para siempre la rompió primero su exnovio, quien tapó con un cráneo el recuerdo, «como diciendo que era la muerte de esto», y eso impulsó a Elizabeth a hacer lo mismo.
A diferencia de «la muerte» que plasmó su ex, ella eligió una rosa «abierta recién cortada» que significó su renacer.
«Esto tapó algo que me dolió tanto y fue como un renacer. Ahora cada que veo la rosa me recuerda todo ese proceso que pese a todo lo malo me sirvió», dice la joven quien no recomienda demostrar amor con tatuajes.
UNA MALDICIÓN
Josafatt Medellín es uno de los pocos tatuadores que se atreve a cubrir tatuajes.
Aunque la mayoría de los tatuajes que cubre no tienen que ver con arrepentimientos amorosos, ha hecho varios tatuajes de parejas y casi ha quitado el mismo número de ellos.
«La verdad es que sí he tapado un buen de nombres y la mayoría son mis clientes, vienen a tatuarse y les digo ‘¿estás seguro?’ y les apuesto a que en un mes van a regresar a que se los tape, y al mes que regresan», relata.
Josafatt, que lleva diez años tatuando, es el responsable de los tatuajes que Belinda porta en su video «Amor a primera vista» y el tiempo que lleva en el medio ha intentado convencer a sus clientes de no tatuarse en pareja, pero siempre pierde la batalla.
«Les digo que es una maldición que se tatúen el nombre o la inicial de su pareja porque va todo bien, se la tatúan y todo va para abajo. Es una maldición», explica.
TATUAJES TEMPORALES
Samantha Guevara se tatuó una geisha en la cadera tan grande que resultaba imposible taparla con un tatuaje nuevo. Después de años de búsqueda y de visitar a los mejores doctores de Estados Unidos dio con la tecnología de láser para remover tatuajes.
Ahora se dedica a subsanar ese tipo de errores en sus clínicas MissInk y asegura que su trabajo la ha hecho conocer historias divertidas de las que le gusta ser parte de alguna forma.
«Cuando estoy en las clínicas escucho cosas muy divertidas. Hubo una chica que se iba a casar con Luis, y en el empeine tenía tatuado Pedro. Nos decía, ‘mi futuro marido paga lo que sea que tengan que hacer pero quítenme este nombre antes de la boda», recuerda.
Aunque anteriormente eran más mujeres las que pedían retirar el tatuaje con láser, Guevara asegura que el número de hombres ha incrementado y aunque no recomienda a la gente que se tatúe enamorados, siempre les ofrece soluciones.
«Es un error que la gente puede cometer y se puede solucionar. A todos los enamorados que se vayan a tatuar que no sea en tinta blanca porque esa no se quita», advierte.
UN RECUERDO SIN RENCOR
Pero no todos buscan borrar sus tatuajes amargos. Dafne se tatuó junto con su novio de preparatoria a los 18 años y, aunque la relación terminó, por su cabeza nunca ha pasado tapar o retirar el tatuaje, pues ha sabido darle un nuevo significado.
«Era la primera vez que me enamoraba en profundidad de una persona y uno hace cosas así por amor. Nos tatuamos algo referente al uno del otro», asevera.
Su tatuaje es una flor de loto rosa de la que brota un diamante.
«El significado de la flor es amor puro y el diamante quiere decir que es indestructible. Era un amor indestructible, duré con esa persona como cuatro años y medio y ahora hasta nos llevamos bien», comenta.
A pesar de haber terminado su relación, Dafne ve sin rencor el tatuaje porque ya no significa lo mismo que en un principio.
«Más allá de que lo hice por amor, ahora lo veo como una buena etapa de mi vida en la que por primera vez sentí lo que es estar enamorada, ya no pienso en él cada vez que veo mi tatuaje», afirma.